viernes, 30 de agosto de 2013

Lunas del Caribe



Autor: Luis Mateo Díez
Ilustraciones: Tino Gatagán
Editorial: Anaya. Madrid, 2006. 7,30 €

Imaginación, memoria y palabra, son los componentes de la materia prima que Luis Mateo Diez necesita para conseguir la ficción literaria. Y así, con más o menos dosis de una o de otra, nos presenta esta poética evocación de sus años de infancia y adolescencia, con sus amistades y sus complicidades.


Es la memoria recobrada de aquellos niños que jugaban a ser mayores en los duros años de posguerra de un valle leonés. Memoria en donde se reconoce lo que deja de ser un alegre recuerdo de infancia para convertirse en un presentimiento amargo. Y así el recuerdo de las aventuras que habían vivido con las lecturas de infancia; o las historias orales que escuchaban, llenas de luz y color, plenas de vida, se verán ensombrecidas con el trágico suceso que motiva el presento relato desde la madurez.

Por todo ello Lunas del Caribe es un relato breve pero de gran intensidad emotiva. Es Literatura en estado puro que se nutre de las fuentes de la memoria de la infancia para trascender a sentimientos y emociones más generales y hacer reflexiones en torno a esos recuerdos y los motivos por los que se acude a ellos.

Al final del relato se adjunta una entrevista con el autor en donde continúa con algunas reflexiones también apuntadas en el cuento. Por ejemplo, las consideraciones sobre la lectura, sobre aquellas lecturas de su infancia, sobre aquel amigo lector que tanto había vivido por haber leído tanto. El que más lee es el que más vive, porque es el que vive con más conocimiento de causa nos dirá el escritor. Siguiendo a Bataille o a Rilke ve en la Literatura el único camino para recuperar la infancia, la patria perdida del hombre.

Son destacables también las ilustraciones de Tino Gatagán que según afirma el propio autor establecen una intensa y misteriosa complicidad con el relato literario, enriqueciéndolo. (PM) Publicado en Peonza nº 77

martes, 27 de agosto de 2013

La idea de progreso (y IV)


El avance de la historia: el aguijón utópico
Al calor de la teoría del progreso han nacido las más variadas utopías que hoy nos pueden resultar fantásticas, ingenuas o crueles; pero el anhelo y el esfuerzo por conseguirlas ha empujado en muchos casos la historia hacia delante; y es que resulta difícil mejorar la realidad social y la política global sin utopías. El filósofo alemán Jürgen Habermas habla del "aguijón utópico" como el necesario motor de transformación de las realidades sociales; también de las transformaciones económicas, podemos añadir; sobre todo si consideramos los perversos efectos del progreso material.  


Por eso no podemos conformarnos ni aceptar sumisamente las realidades como si nada tuviéramos que ver con ellas; o como si con ellas no pudiéramos hacer nada. Dice William Blake que la utopía no es un reino que se conquista, sino un esfuerzo constante, y Gandhi señaló que no hay caminos para la paz, porque la paz es el camino; pues bien, si la paz universal es una utopía, el compromiso es el esfuerzo constante por conseguirla.

Y no hemos utilizado este término al azar, pues cada vez más la paz, va asociada a la justicia, a la igualdad, a la libertad, a la solidaridad y a los Derechos Humanos. Se mantiene la utopía cuando no se ha renunciado a estas ideas y se trabaja por ellas; porque aunque sea un sueño pensar en el reinado universal de tales palabras, no por ello es menos necesaria nuestra implicación en que eso ocurra. Implicación que pasa entre otros caminos por un educar y educarnos a través de la reflexión, la sensibilización y la escucha, para construir una sociedad que atienda, respete y valore la dignidad de las personas como miembros de una sola comunidad global por encima de diferencias étnicas, socioeconómicas, sexuales, culturales o de formas de vida.

Luchar por esta utopía no es un ejercicio de ingenuidad sino de madurez responsable y crítica; no podemos conformarnos, ni debemos desentendernos. 

Responsabilidad y compromiso son las actitudes que se nos demandan desde el dolor, la miseria, la injusticia, la exclusión, la violencia, la discriminación, el hambre, la explotación humana, el trabajo infantil, el analfabetismo, la intolerancia o cualquier otra clase de violación de los derechos humanos. 
   
Tanto el derrotismo como el escepticismo son injustos con la Humanidad más castigada, al tiempo que delatan una falta de responsabilidad con las generaciones posteriores. Desde el pesimismo entreguista lo único que aseguramos es que se cumpla la profecía más negra que fatalmente augura tal disposición de ánimo. Al final no quedaría otra satisfacción que la de lamentarse profundamente por haber acertado; maldita la gracia.  
Bien podemos afirmar que la verdadera literatura así como la educación más honesta no pueden ser auténticas sin tener la utopía como horizonte. (PM) A partir del artículo “el aguijón utópico” publicado en Peonza Nº 79-80

viernes, 23 de agosto de 2013

LOS VIAJES DE GULLIVER



AUTOR: JONATHAN SWIFT
ILUSTRADOR: J.J. GRANDVILLE
TRADUCCIÓN: POLLUX
EDITORIAL: ANAYA, Madrid, 1984


Bien puede considerarse a Jonathan Swift como uno de los escritores más brillantes, lúcidos y críticos de la literatura en lengua inglesa e incluso de la literatura universal. La obra Los viajes de Gulliver por sí misma ya es suficiente motivo para encumbrarle en semejante pedestal.

Y es que la obra que se nos presenta no está sujeta a modas temporales o a criterios estrechos de culturas nacionales. La historia de Gulliver es una certera y ácida reflexión sobre la condición humana de cualquier tiempo y de cualquier geografía.
Reflexión que devalúa los grandes conceptos basados en la certidumbre, el fundamentalismo y lo absoluto; y proponiendo en su lugar la relatividad de las "esencias" del ser humano, de sus acciones y de sus empeños; por eso Gulliver se nos aparece como gigante entre los enanos y como enano entre los gigantes; o se enfrenta a otras sociedades en las que siempre mantiene una posición distante, diferenciada, distinta, que le permiten observar críticamente los defectos de las mismas.

martes, 20 de agosto de 2013

La idea de progreso (III)


La eficacia social de una idea controvertida
Independientemente de la certeza o no de la teoría de progreso como camino hacia un estadio de la civilización cada vez más perfecto, lo que nos interesa ahora es valorar hasta qué punto dicha idea ha influido en el desarrollo histórico de los últimos siglos de la Humanidad.   
Es cierto que se podrían citar grandes aberraciones cometidas en nombre del progreso, pero también lo es que este optimismo histórico ha tenido una influencia saludable en los avances de la ciencia, el racionalismo, la lucha por la libertad, la justicia, o la igualdad. Como multívoca que es, esta idea se presta a interpretaciones controvertidas, pero a pesar de tal controversia nos alineamos con los que mantienen que la idea de progreso ha contribuido más que ninguna otra a alimentar la esperanza y la confianza de la Humanidad en la posibilidad de cambiar y mejorar el mundo.[1] No ya desde la fe ciega en el progreso, sino desde la consciencia racional del ser humano responsable de sus actos.

Cierto es que incluso dentro de sus defensores la noción de progreso ha tenido variantes muy significativas: para unos consistiría en el perfeccionamiento de los diversos conocimientos técnicos y científicos; para otros el verdadero progreso se centraría en la victoria progresiva de la razón, en la mejora de la situación moral del hombre y en su felicidad; por último habría un tercer grupo que mantendría que estas dos tendencias se relacionan inversamente, o lo que es lo mismo, que cuanto más avanzan los progresos científicos y técnicos más amenazada estaría la felicidad espiritual y el perfeccionamiento moral de la Humanidad[2].


viernes, 16 de agosto de 2013

LOS VIAJES DE ALIX (Egipto)



Autores: Rafael Morales y Jacques Martín
Editorial Glénat. Barcelona, 2004. 10 €

Jacques Martin es un veterano diseñador gráfico francés que desde muy joven sintió una especial inclinación por el arte de la antigüedad, por la historia y por los cómics. Ya en 1948 comenzó a publicar en la revista francesa Tintín una serie en cómics cuyo protagonista, Alix, viaja por diversas culturas del pasado (Egipto, Grecia, Roma). 

Ediciones Glenat publica por primera vez la popular serie en castellano contando con la colaboración y actualización de Rafael Morales para conseguir una presentación atractiva, sugerente y plena de aciertos estilísticos y narrativos.

La obra que aquí comentamos consta de tres volúmenes y está concebida bajo tres niveles de información: uno textual en el que se trata con rigor la historia y las razones de los grandes monumentos, así como el papel que cumplen en aquella sociedad; otro mixto compuesto de fotografías testimoniales del estado actual de estas imponentes construcciones ampliamente comentadas; y un tercer nivel de ilustraciones de gran formato y a doble página en la que se reproduce con el máximo grado de detalle la impresionante belleza de elementos arquitectónicos y decoración pictórica a todo color que debieron tener aquellos recintos y donde se recrea la sobrecogedora atmósfera de dichos lugares sagrados erigidos a mayor gloria de los faraones. 

    
Tras estos cuadros vivientes, de lujos deslumbrantes, dimensiones espectaculares y colores vivos (y en donde bullen miles de sacerdotes, escribas, músicos y artesanos), hay una labor de documentación exhaustiva, un trabajo de investigación ardua y paciente, y una serie de viajes sobre el terreno. El resultado de todo ello es una esplendorosa recreación y un fascinante canto al sentido de la vista. El nivel de detalle en el dibujo y el carácter realista de las composiciones consiguen un efecto de acercamiento y de familiaridad con el tema de forma que el lector se ve inmerso (con Alix) en un increíble viaje a la vida cotidiana de la cultura faraónica. (PM) Publicado en Peonza nº 71

martes, 13 de agosto de 2013

LOS TAMBORES


AUTOR E ILUSTRADOR: REINER ZIMNIK.
TRADUCCIÓN: HUMPTY DUMPTY.
EDITORIAL: LUMEN. BARCELONA, 1981.

Reiner Zimnik, escritor e ilustrador de sus propias obras, nació en Alemania en 1930. Sus numerosos libros interesan tanto a los jóvenes como a los adultos, en parte porque sus historias reflejan los problemas de nuestra sociedad.

Los tambores cuenta la historia de las gentes que habitan una ciudad amurallada. Como en cualquier otra sociedad, unos pocos tienen de todo; otros, lo suficiente para vivir, y otros no tienen nada. Hasta que un día alguien recorre las calles tocando su tambor e invitando a los demás a empezar una nueva vida en otro país. Así comienza esta historia, parábola, en buena medida, de la historia de la Humanidad, en donde siglo tras siglo se van repitiendo las mismas torpezas. 

Es un relato inquietante, poético y satírico a la vez, que debido a su carácter simbólico ofrece la posibilidad de muy diversas lecturas en función de la formación intelectual y la edad de los posibles destinatarios.

Las ilustraciones, basadas en la línea, poseen una gran fuerza narrativa y una perfecta conjunción con el texto. Especialmente logradas son las que reflejan muchedumbres, en las cuales la repetición de motivos individuales combinados con maestría da lugar a conjuntos de gran plasticidad. (PM) Publicado en Peonza nº 47-48 abril de 1999


viernes, 9 de agosto de 2013

La idea de progreso (II)


La idea de progreso y las utopías


Los modelos utópicos que se habían propuesto hasta el s. XVIII (Platón, San Agustín, Campanella, Tomás Moro, Bacon, Milton) solían ser regresivo; fueron percibidos como quiméricos, frente a los que se plantearán en el siglo siguiente considerados como sueños posibles de realizar. 


El punto de inflexión lo había marcado la Revolución Francesa y la Revolución Industrial y a los modelos societarios de Saint Simón, Fourier, Robert Owen o Etienne Cabet, les sucedieron las propuestas comunitarias del anarquista Bakunin, y las de los autodenominados socialistas científicos Marx y Engels
    
Todavía a finales del s. XIX siguieron apareciendo tratados utópicos con la decidida vocación de convertirse en patrón de conducta y modelo social (Bellamy, Theodor Hertzka, Morris ) [1]. Cierto es que frente al optimismo de este siglo surgieron en sus postrimerías pensadores más escépticos o decididamente críticos con la idea de progreso como Shopenhauer, Nietzsche o Freud: sus preocupaciones no se dirigían al progreso material sino al progreso moral
Sin embargo, será la Primera Guerra Mundial ya entrado el s. XX la que activará las alarmas de lo que va a significar una quiebra en la idea de progreso; otro hito importante en esta ruptura será la crisis económica de los años treinta, representando golpes definitivos el desarrollo del nazismo y la Segunda Guerra Mundial; el estalinismo, la guerra fría y las agresiones ambientales al planeta serán ya epígonos que se encargarán de enterrar la teoría del progreso. 
El s. XX nos traía la frustración histórica de esta poderosa idea y como consecuencia sumía a la civilización en un ambiente de pesimismo. (PM)
 A partir del artículo "El aguijón utópico"  publicado en Peonza Nº 79-80.

[1] Carandell, Jossé Mª: Las utopías. Editorial Salvat. Barcelona 1973  (pp. 25 y sgtes.)

martes, 6 de agosto de 2013

Si subes el Sagarmatha cuando humea viento y nieve


Autor: Josep-Francés Delgado
Editorial: RDCR Barcelona, 2007. 7,5 €

A veces es necesario alejarse de la realidad cotidiana para "plantearte cosas sobre ti mismo que la ciudad trepidante te permite rehuir", señala uno de los personajes de esta novela. Este es el efecto que produce en doce alpinistas la experiencia de enfrentarse al reto de escalar el Everest (Sagarmatha en lenguaje nepalí).




La historia está estructurada en tres partes; la primera es la respuesta epistolar que compañeros de escalada van dando al hermano de uno de los personajes, una mujer, desaparecida en pleno ataque a la cima de la montaña más alta del mundo; la segunda es el diario de viaje que dicha protagonista ha ido elaborando y que va desvelando algunas de las cuestiones que habían planteado las cartas, al tiempo que va abriendo otros interrogantes más inquietantes; la tercera es la resolución de los aspectos intrigantes de la historia con interesantes sorpresas y alguna duda misteriosa difícil de explicar desde la cultura occidental.

Aprovechando los efectos extraños, y las alucinaciones que la falta de oxígeno a esas alturas provoca en la mente de los alpinistas, se va urdiendo una trama preñada de misterio; trama que va ejerciendo una fascinación sobre el lector como debe de ejercerla el Everest sobre los alpinistas; y el clímax del libro bien puede compararse al clímax que debe conseguirse cuando alguien conquista la cima del mítico pico. Estamos pues ante una novela de aventuras en estado puro, que rinde homenaje al esfuerzo, plena de misterios y enigmas; estamos ante una novela con garra. (PM) Publicado en Peonza

sábado, 3 de agosto de 2013

Los narradores cautivos


Autores: Jesús F. Martínez, A. Martínez Menchén y J. Mª Merino
Editorial: Alfaguara. Madrid 1999. 1900 ptas.


Estamos ante un libro escrito a seis manos en el que un hilo argumental de carácter novelesco se va alternando con reflexiones de distinta naturaleza literaria. Es pues una novela y un ensayo que, si bien están entrelazados, no se necesitan para tener entidad propia; parece que lo que se pretende es que el relato novelado sirva de descanso, de propuesta liviana frente a las visiones e interpretaciones que se van dando de diferentes autores, o bien que con la excusa y el señuelo del relato se vaya introduciendo a los lectores en algunos aspectos literarios. Con una estructura narrativa mixta a base de retazos de relato, de exposiciones y de debates, los tres prestigiosos escritores dan voz y voto a 9 personajes especialistas en Literatura, resultando de todo ello una suerte de “polifonía” literaria. El relato es la historia de un secuestro; el ensayo es la visión de una historia de la Literatura que estos cautivos constituidos en grupo de trabajo van plasmando. Dos planos de realidad recreada con varios niveles de lectura.     

Como en el Decamerón (allí amenazaba la peste, aquí unos integristas islámicos) combaten el peligro con la literatura. La narración de historias como forma de luchar contra la muerte, deja de ser una metáfora. Los debates enriquecen las exposiciones con otras cuestiones del autor elegido o de la obra comentada; surgen así discusiones no sólo sobre argumentos y personajes, sino sobre el tratamiento que el autor hace de ellos, sobre la experimentación lingüística y estilística e incluso sobre análisis sociológicos de urgencia. En este sentido la interpretación de comportamientos generacionales de épocas pasadas y su comparación con otros actuales pretendiendo ver conductas y motivaciones similares, quizás sirva como señuelo para el lector menos iniciado, pero es posible que adolezca de cierto “presentismo” al resultarnos algunos paralelismos un tanto forzados; así lo creemos al relacionar el comportamiento de los ciudadanos griegos cuando asistían al teatro aprovisionados de frutas podridas para arrojarlas contra los actores que jugaban el papel de “malos” con el comportamiento de los que asisten hoy a un partido de fútbol y su agresión al árbitro o al contrario. También nos encontramos magníficas perlas, cuentos muy breves, cosecha de los autores del libro que comentamos: por ejemplo la ingeniosa historia del hijo del mercader que mientras está dormido se lo llevan a palacio y despierta siendo rey; oportuno juego de sueño y realidad para introducirnos a Calderón.

                                                                  
Estamos pues ante un libro-guía de Literatura Universal que sin pretender ser exhaustivo en las obras y autores, sí que aborda los principales temas y problemas de aquélla, siguiendo un poco la estela que marcara El mundo de Sofía en el campo de la Filosofía, o, con menos fortuna, El diablo de los números en el de las Matemáticas. Este que comentamos busca un público lector entre las aulas de Bachillerato; aunque también puede gustar a todo el que esté interesado por el ensayo y la crítica literaria de baja intensidad o simplemente como una forma de refrescar viejas lecturas o autores clásicos. Es pues un libro para lectores iniciados, o para amantes de la Literatura, que puede invitar a otras lecturas.  

(PM) Publicado en Peonza Nº 51 diciembre de 1999.