viernes, 27 de septiembre de 2013

Experimento mental 3


Otro ejemplo de situación real que guarda cierto parentesco con el ejemplo del tren que planteábamos en el Experimento mental 1 sucedió en 1987.
Cuenta Nigel Warburton (Una pequeña historia de la filosofía, Galaxia Gutenberg/Círculo de lectores) que en un ferry que se estaba hundiendo en las frías aguas del Mar del Norte se produjo una situación límite; docenas de pasajeros cayeron a las aguas heladas y una persona que trepaba por una escalera de cuerda para ponerse a salvo se quedó paralizada de miedo y sin poder moverse. 



Si no hacían algo los demás morirían congelados. Finalmente sacudieron bruscamente la escalera hasta que el infeliz cayó de ella; de esta forma consiguieron ponerse a salvo algunos de los que estaban esperando a subir mientras aquel desafortunado desaparecía para siempre bajo las aguas. 
Sacrificar a una persona para salvar a otras era en este caso lo mejor que se podía hacer. Pero ¿quién tomaba esa decisión?

martes, 24 de septiembre de 2013

Y el cerebro creó al hombre ¿Cómo pudo el cerebro generar emociones, sentimientos, ideas y el yo?

Autor: Antonio Damasio
Traductor: Ferran Meler Orti
Editorial: Destino, Barcelona, 2012

El científico de origen portugués Antonio Damasio  nos desvela en su último libro algunas de las hipótesis más recientes sobre los complejos procesos mentales que han desembocado en la conciencia humana.

Empieza subrayando que sin conciencia, sin una mente dotada de subjetividad, no tendríamos modo de conocer que existimos; y mucho menos sabríamos quiénes somos y qué pensamos. Y es que, si la subjetividad no se hubiera originado de manera muy simple al principio en criaturas más sencillas que los seres humanos, la memoria y el razonamiento probablemente no se habrían desarrollado de la manera prodigiosa en que lo hicieron; ni se habría allanado el camino evolutivo hacia el lenguaje y la versión más compleja de la conciencia que hoy poseemos los seres humanos. El dolor no se habría convertido en sufrimiento, ni el placer en gozo; tampoco existiría el conocimiento, ni la cultura, ni la historia.  Porque todo esto significa no tener conciencia.


Ahora bien ¿de qué está hecha la conciencia? Damasio responde: de una mente. Y la mente la construye y elabora el cerebro como resultado de las imágenes organizadas que fluyen en la corriente cerebral; ésta sería una mente inconsciente. Y cuando el cerebro inserta un sujeto que conoce (yo, sí mismo, el que vive la experiencia) en la mente, surge la subjetividad.
Damasio nos dice que la mente surge cuando la actividad de los pequeños circuitos de grupos de neuronas se organiza a través de grandes redes y componen patrones momentáneos. Estos patrones representan cosas y acontecimientos que están fuera del cerebro; se les conoce como mapas. 
En síntesis pues, el cerebro levanta mapas del mundo a su alrededor así como de sus propias actividades; y estos mapas se experimentan como imágenes en la mente humana; “imagen” se refiere aquí no sólo a la imagen de índole visual, sino de cualquier procedencia sensorial ya sean auditivas, viscerales o táctiles, entre otras.
Esclarecedora la metáfora que nos propone para ilustrar el origen de la mente consciente; nos dice:el sí mismo es el resultado del funcionamiento de numerosas zonas cerebrales, de la misma forma que la interpretación de una obra sinfónica requiere de la intervención de numerosos músicos. Pero lo curioso de los tramos superiores de la interpretación de la conciencia es la ausencia de un director antes de que el concierto empiece, aunque a medida que el concierto se va desarrollando, el director cobra existencia. Y entonces un director dirige la orquesta, pero es el concierto el que ha creado al director (el sujeto, el sí mismo) y no al revés”.

viernes, 20 de septiembre de 2013

El mercado y la globalización

Autor: José Luis Sampedro
Ilustraciones: Santiago Sequeiros
Editorial: Destino. Barcelona, 2002. 11 Euros



No es la primera vez que José Luis Sampedro se dirige al joven público con una obra de carácter didáctico sobre una de las bases de la economía liberal: el mercado. En efecto, en 1989 la Editorial Penthalon publicaba El mercado y nosotros un volumen sencillo, divulgativo, apoyado en los dibujos de José Ramón Ballesteros, en el que con singular maestría hacía fácil la comprensión de cuestiones económicas que parecían estar veladas a los no iniciados. Este mismo espíritu permanece en el libro que ahora comentamos al recuperar lo esencial del anterior y añadir algunas de las consecuencias que el autor intuía entonces y que ahora se manifiestan plenamente con los efectos de la globalización. 
 

Con la eficacia narrativa que le caracteriza el escritor (y catedrático de estructura económica) describe las principales teorías de la economía de mercado; desde los presupuestos ideales del mercado perfecto (en la teoría), hasta el imperfecto mercado de la realidad, abordando a continuación las relaciones del mercado con aspectos sociales como el interés público o el tema de la libertad (¿o falacia?) de elección.

Esta primera parte desemboca necesariamente en el concepto de globalización, (segunda parte del libro) en donde va desmontando algunas de las tesis más difundidas por los defensores de la globalización económica y, proponiendo como alternativa, una auténtica globalización global (la redundancia se impone) en la sanidad, en la justicia, en la educación y en la política. 
Con mirada analítica y profunda, con argumentos incisivos y críticos, con conclusiones valientes y certeras nuestro autor afirma que otro mundo es posible, otro mundo para todos. El rigor y la claridad en la exposición permitirán al lector disfrutar de un libro ameno y sugerente, al tiempo que elevará su nivel de conciencia como ciudadano, como consumidor, y como habitante solidario del planeta.   


La ilustraciones de Sequeiros, perfectamente integradas, confieren al texto una nueva dimensión contribuyendo a reforzar algunos argumentos o provocar nuevas reflexiones  a partir de lo que se lee y se ve. (PM) Publicado en Peonza nº 61

martes, 17 de septiembre de 2013

Experimento mental 2



El planteamiento del experimento 1 ya publicado en este blog no es tan insólito; a veces en la vida real surgen situaciones similares y una determinada decisión puede estar cargada de una responsabilidad cívica y moral difícil de soslayar. 
   

Cuenta Nigel Warburton (Una pequeña historia de la filosofía. Círculo de Lectores, Barcelona,2013) que cuando Londres estaba sufriendo los bombardeos nazis, un espía alemán se convirtió en agente doble y los ingleses pudieron hacer llegar información falsa para que creyeran que las bombas estaban cayendo demasiado al norte. Los alemanes habrían reorientado sus aparatos y en vez de caer sobre áreas muy pobladas de la ciudad, los artefactos mortíferos habrían caído más al sur, sobre Kent y Surrey; utilizando información falsa habrían salvado las vidas de unos ingleses a cambio de la muerte de otros. El gobierno por esta vez decidió no jugar a ser Dios. 
  
Pero decisiones parecidas están detrás de asentamientos de centrales nucleares en lugares alejados de las grandes ciudades o en la ubicación de cementarios nucleares. La gravedad de la decisión se diluye porque la probabilidad del desastre es menor y por lo tanto el juego con el destino de las personas queda más mitigado; pero la carga moral sigue pendiendo sobre el que toma esa decisión; con una gran diferencia: los gobiernos tienen que tomar decisiones que inevitablemente afectan a todos los gobernados; en este caso la moral personal se supedita a la responsabilidad ante la población general del país.

viernes, 13 de septiembre de 2013

Noche de alacranes


Autor: Alfredo Gómez Cerdá
Editorial S.M. Madrid, 2005. 6,95 €


"Hay personas para las que la dignidad es tan importante como la propia vida", dice uno de los personajes de esta historia. Esta frase explica el comportamiento de unos hombres y mujeres que tras la guerra civil española se echaron al monte o colaboraron con los que lo hicieron. La historia del maquis en la inmediata postguerra ha sido ampliamente estudiada si bien de forma fragmentaria y aislada como lo estuvieron las dispersas cuadrillas antifranquistas por la accidentada geografía española. Sin embargo, dentro de la historia general de España este trozo de historia no adquiere un gran relieve porque la actividad guerrillera nunca supuso una amenaza real para la dictadura. Y ellos lo sabían; pero estaba su dignidad; y también la esperanza de que cuando acabara la Segunda Guerra Mundial las potencias europeas tuviesen la voluntad decidida de erradicar los restos del fascismo que todavía quedaba en del continente europeo.

Este es el paisaje de fondo de Noche de alacranes, Premio de Literatura Juvenil Gran Angular del año 2005.

   
La novela arranca con la ficción de un testimonio de historia oral que bien podría haber sido real. Se trata de la intervención de una antigua resistente, ya anciana, que se dirige a los alumnos de un Instituto reflexionando sobre su dramática experiencia en sus años adolescentes. Un personaje verosímil que evoca voces y vidas insertas en un trozo dramático de nuestra historia. Una adolescente, indefensa, acorralada, temerosa, que entra en la madurez de forma abrupta, desgarrada, al observar y convivir con seres queridos arrasados por la tristeza, la injusticia, el dolor y el miedo. A medida que la vida la hace madurar descubrirá que la existencia es algo complejo, caprichoso, incontrolable, empeñada en darle obstinadamente la espalda.

La narración tiende un puente entre los jóvenes actuales y la generación de los que pudieron ser sus abuelos. Es también una forma de profundizar en el presente de estos mismos jóvenes al enriquecerlo con nuevas perspectivas individuales o colectivas del pasado que lo conformó. Pero esta historia también supone un homenaje a esas personas supervivientes a tantas calamidades, héroes anónimos en unos tiempos históricos preñados de graves acontecimientos.

  
  Estructurada en flashbacks, la historia avanza apoyándose en los recuerdos asociados que evocan a la protagonista una serie de objetos antiguos primorosamente guardados en una caja. Estos objetos son el hilo conductor que hilvana el pasado con el presente; el tiempo queda así perfectamente delimitado. El espacio, protagonizado por la montaña tiene entre otras la función de subrayar al presentarse unida a situaciones vitales; de este modo espacios y conductas se ensamblan. 

Historia de complicidades, este libro ayudará a crecer y madurar a los adolescentes por su intensidad emotiva y su estilo directo. (PM) Publicado en Peonza nº 74

martes, 10 de septiembre de 2013

MARCO POLO Y SU EPOCA



Autoras: Christine Germaine, Sylvia Schildge y Pauline Guiraud
Edit. Anaya, Madrid 1997

La colección Revista de la Historia supone un gran esfuerzo científico-didáctico y editorial por ofrecer a los jóvenes y al mundo adulto en general unos perfiles históricos de indudable atractivo y fácil acceso. El libro de Marco Polo que aquí comentamos forma parte de esa colección y como en el resto de los libros pertenecientes a ésta es destacable la innovadora presentación de los contenidos, así como los propios contenidos en sí.
 
El libro arranca con la sentencia del escritor chino Xun Zi (313-238) de que “una imagen vale más que mil palabras” y ciertamente las páginas posteriores son la mejor demostración de tal aserto. En efecto, las ilustraciones no juegan aquí una función de apoyo, de complemento al texto, las ilustraciones son en sí contenido, y por tanto parte esencial junto con la letra impresa. Es un brillante resultado de la cooperación entre el historiador, el fotógrafo y el viajero.

A base de continuos guiños a la actualidad, a la que se acude con ejemplos e imágenes para trasladarnos en constante movimiento de delante hacia atrás al s. XIII vamos internándonos de forma imperceptible en la sociedad, en el mundo y en la época de Marco Polo. Son ejemplos audaces, atrevidos porque juegan con el anacronismo, pero, sin embargo cumplen con la función lúdica que se les asigna, al servir de mediadores entre lo familiar y próximo con lo más lejano y extraño. (PM) Publicado en Peonza nº 42-43, diciembre de 1997

viernes, 6 de septiembre de 2013

Experimento mental 1



La filósofa británica Philippa Foot (1920-2010)  planteó un curioso experimento mental: un tren se dirige a toda velocidad por una vía en la que hay cinco trabajadores; el conductor está inconsciente y los va atropellar; pero hay una forma de evitarlo: la vía tiene una bifurcación unos metros antes del lugar en el que están los hombres; en la otra vía hay un trabajador. Tú puedes provocar el cambio de agujas y desviar el tren; matas a una persona pero salvas a cinco. ¿Qué haces? ¿Cuál es lo moralmente correcto? ¿Actuar? ¿No hacer nada?

Un experimento mental es una situación imaginaria diseñada para sacar a la luz nuestros sentimientos, sobre un determinado tema. ("Una pequeña historia de la filosofía" de Nigel Warburton. Ed. Galaxia Gutemberg, Barcelona, 2013). El citado libro recoge también la siguiente propuesta:



Imaginemos ahora esta otra escena: una persona sana entra en una sala de hospital donde cinco personas necesitan urgentemente el cambio de algunos de su órganos: una necesita un corazón, otra un hígado, la tercera un riñón, etc. ¿Por qué no sacrificar a la persona sana para con sus órganos salvar a las cinco necesitadas de ellos?