martes, 29 de octubre de 2013

Autocontrol


Imagine un aula de preescolar de cuatro años y que alguien haga esta propuesta a los niños: “Os dejo una golosina en cada pupitre; yo debo marcharme y regresaré en unos veinte minutos. Si lo deseáis podéis comerla pero a quien espere a que vuelva le daré dos”. Todo un reto para un niño que se mueve entre el impulso y la represión, entre el deseo y el autocontrol, entre la gratificación inmediata y su demora aumentada.
 

Daniel Goleman cita en su libro (Inteligencia Emocional. Editorial Kairós. Barcelona 1997) este interesante experimento llevado a cabo por el investigador Walter Mischel. Era la década de los sesenta y se planteó a un grupo heterogéneo socialmente, hijos del personal laboral de la Universidad de Stanford (profesores, secretarías, personal de limpieza y otros servicios).

Algunos niños fueron capaces de esperar; se tapaban el rostro, miraban al suelo, jugaban con sus manos y con sus pies e incluso intentaron dormir. Otros más impulsivos cogieron la golosina a los pocos segundos.

Doce o catorce años más tarde el investigador rastreó lo que había sido de aquellos niños. La diferencia emocional y social existente entre quienes se apresuraron a coger la golosina y aquéllos otros que demoraron la gratificación fue contundente. Los que a los cuatro años habían resistido la tentación eran socialmente más competentes, mostraban una mayor eficacia personal, eran más emprendedores y más capaces de afrontar las frustraciones de la vida. Se trataba de jóvenes poco proclives a desmoralizarse, que no se desconcertaban ni se quedaban sin respuesta cuando se les presionaba, que no huían de los riesgos, que confiaban en sí mismos, que tomaban la iniciativa y se zambullían en todo tipo de proyectos. Y más de una década después seguían siendo capaces de planificar sus metas futuras; seguían demorando la gratificación en la búsqueda de sus objetivos.

El tercio aproximado de preescolares que cogió la golosina, eran jóvenes más temerosos de los contactos sociales, más testarudos, más indecisos, más influenciables por las frustraciones, más desconfiados, celosos, envidiosos,… Y seguían siendo incapaces de demorar la gratificación.
 

Cuando fueron evaluados de nuevo al terminar el instituto, el rendimiento académico de quienes habías esperado pacientemente a los cuatro años era muy superior al de aquéllos que se habían dejado arrastrar por sus impulsos.

Daniel Goleman concluye que las aptitudes que despuntan tempranamente muestran el camino de lo que será esa persona en el futuro. En este caso la capacidad de demorar los impulsos constituye una facultad fundamental para llevar a cabo una gran cantidad de actividades.
Quizás esta conclusión sea demasiado precipitada,...

viernes, 25 de octubre de 2013

SOBRE LA LIBERTAD


Autor: Eduardo Subirats
Editorial Anaya, Madrid, 1999
 

Este libro forma parte de una colección que con el título Punto de referencia aborda diversos temas de conocimiento con un claro carácter divulgativo. 
Eduardo Subirats, es un reconocido comunicador que en Sobre la Libertad desarrolla un concepto que a fuerza de utilizarlo en contextos tan distintos y con fines tan dispares ha perdido consistencia y tangibilidad. Nuestro autor, relaciona esta erosión del significado de libertad con el desvanecimiento del sentido que con ello damos a nuestra vidas. Por eso realizará un itinerario histórico para seguir las vicisitudes de esta idea desde las luchas emancipatorias contra las tiranías, poderes coloniales o la esclavitud, hasta la explotación o los sistemas totalitarios modernos. 
  

También desarrolla otra línea de reflexión relacionada con la dimensión individual de la libertad; es decir la libertad como realización de las posibilidades que encierra la existencia. 

Estamos pues hablando de un ensayo, ágil, claro, riguroso y sugerente. 

Accesible a un público amplio, este tratado puede encontrar una buena acogida entre los jóvenes que sientan curiosidad por un tema tan conectado con su innata rebeldía generacional. Cada capítulo parte de una experiencia autobiográfica (el mayo del 68 parisino, un viaje al Amazonas, el Carnaval de Río) sigue con la reflexión sobre el papel de la libertad en un momento histórico determinado y acaba con comentarios sobre algunos de los libros clásicos que han hecho referencia a este mismo concepto. 
Libros como éste ayudan a desarrollar un espíritu analítico y crítico. 
(PM) Publicado en Peonza nº 53

martes, 22 de octubre de 2013

La Isla de rojo coral


Nicolás Guillén
Editorial Lóguez. Salamanca, 2001

Es bien sabido que la poesía del cubano Nicolás Guillén es un festival para los sentidos. Sus imágenes visuales, olorosas, táctiles o gustativas, estallan en la mente y embargan el corazón del lector. 

 
Por todo ello este libro es un compendio de emociones, ternura, alegría, sueño, sonoridad, canto, danza, juego, magia, humor y placidez; pero también es un grito de rabia contra la pobreza, la injusticia, la guerra, el dolor, la miseria o la discriminación. 
Su escritura musical, plagada de reiteraciones, evocaciones ancestrales y viejas leyendas, conforman un ritmo irresistible y sugerente, que contribuye al hechizo de sus poemas. 
Estamos hablando de un libro conmovedor que mueve a amar la poesía.  
(PM) Publicado en Peonza nº 67

viernes, 18 de octubre de 2013

Experimento mental (y 5)

El filósofo americano Johh Rawls (1921-2002) escribió un libro Teoría de la justicia que fue declarado como uno de los más influyentes del s. XX.

El citado filósofo piensa que si nos propusieran diseñar una nueva sociedad mejor ¿cómo lo haríamos? Y dice que según las condiciones en que uno viva diseñaría un mundo u otro; no sería el mismo el de un rico que el de un pobre porque tendemos a pensar en nuestra propia posición social cuando diseñamos un mundo mejor.

La ocurrencia de Rawls es diseñar una sociedad mejor pero sin saber quien diseña la posición que ocupará en ella; (si discapacitado, guapo o feo, inteligente o idiota, homosexual o heterosexual, poderoso o indigente, etc).

martes, 15 de octubre de 2013

Roma no paga traidores

Autor: Emilio Calderón
Editorial: Anaya. Madrid, 2005. 7,30 €

Manio Manlio Escévola es un joven aristócrata romano que cree tener razones para odiar a muerte al emperador Tiberio, por lo que ingenia un plan para asesinarlo. Sin embargo será justamente el desarrollo de
su plan lo que le pondrá en la pesquisa de otro asesinato cargado de misterio y de intriga que él ayudará a resolver. Acompañando a un prestigioso preceptor griego saldrá de Roma y viajará a Egipto donde ambos creen que está la clave del citado crimen; de hecho la víctima había estado trabajando y descifrando los jeroglíficos encontrados en la tumba de una adivina a la que los antiguos egipcios atribuían poderes extraordinarios. 

Esta es la segunda novela que escribe Emilio Calderón ambientada en Roma y con el mismo protagonista; la anterior lleva por título Continúan los crímenes en Roma. 
Es destacable la excelente documentación histórica que el autor exhibe en la utilización de los objetos de la vida cotidiana, en la verosimilitud de situaciones y escenas y, en definitiva, en el desarrollo de toda la peripecia detectivesca. Además al introducir personajes históricos contribuye a diluir la ficción, recreando con más fuerza la historicidad de los hechos.

Con una escritura ágil, directa y sencilla, con abundantes diálogos y sembrada de pequeñas anécdotas, historietas y costumbres  de la sociedad romana, la lectura de esta novela da como resultado una experiencia intelectual ligera, satisfactoria y amena. 

(PM) Publicado en Peonza nº 77

viernes, 11 de octubre de 2013

Relatos de lo inesperado


Autor: Roald Dahl
Editorial: Anagrama. Barcelona, 1993

Que lo que se dice sea significativo es el primer requisito que se le debe pedir a un buen relato. Que eso significativo sea dicho con un alto grado de concentración y precisión es la exigencia que se desprende del propio concepto de relato como pieza breve. Concluyendo, podemos afirmar que un buen relato debe ser un ejercicio de síntesis narrativa cargado de una gran densidad de contenido. Y en efecto éstas son las dos reglas que aplica magistralmente el autor en este manojo de historias.

Los que ahora comentamos no son relatos de terror, ni se explota el miedo a lo irracional o a lo desconocido como se podría desprender del título; por el contrario, es desde situaciones de la vida cotidiana, desde donde se va generando una atmósfera de inquietud creciente, de cosquilleante desasosiego o de curiosidad excitante que hacen de Roald Dahl un consumado maestro de la sorpresa, es decir de lo inesperado. 


Su aguda y malévola ironía o su perverso y feroz sentido del humor son otras tantas cualidades distintivas que afloran en estas pequeñas piezas. 
Desplegando un extraordinario ingenio y haciendo alarde de una prodigiosa y fecunda capacidad creativa así como de un gran dominio de la técnica narrativa y una inteligente dosificación de la intriga, nuestro autor consigue capturar y zarandear la conciencia del lector conspicuo. Dicho lector verá cómo sus sentimientos se ven alterados o seducidos por el retorcimiento moral de sus personajes o de sus acciones no siempre política o moralmente correctos. 
(PM) Publicado en Peonza nº 72

martes, 8 de octubre de 2013

Experimento mental 4



Nigel Warburton en el libro ya citado (Una pequeña historia de la filosofía) añade otra propuesta provocadora que concibió Judith Jarvis Thomson:  

Una mujer que se quede embarazada a pesar de utilizar un método anticonceptivo no tendría ninguna obligación moral de tener el bebé; tenerlo sería un acto de caridad. 

Y aquí viene el experimento mental que propone Jarvis: 

Hay un famoso violinista que tiene un problema de hígado. Tú tienes su mismo grupo sanguíneo y vives muy cerca del hospital. Una mañana te despiertas y descubres que mientras estabas durmiendo los médicos te han unido a ál para que pueda utilizar uno de tus riñones. 
En esta situación tú no tienes ninguna obligación de permanecer unido a él, aunque sepas que si retiras los tubos él morirá. 
¿Se podría concluir que el feto, como el violinista, no tendrían derecho a utilizar el cuerpo de otra persona sin el consentimiento de ésta?

viernes, 4 de octubre de 2013

Poesía para estudiantes



José Agustín Goytisolo
Selección de María Dolores Fernández Lucio
Ediciones Libertarias/Prodhufi. Madrid, 1996

La autora que selecciona y prologa el libro nos manifiesta el deseo de Goytisolo: "que las poesías que eligiera fueran apropiadas para jóvenes de quince a noventa años". 

  

Con ser suficiente, no es éste el único resultado interesante, ya que este ramillete de poemas aborda cuestiones complejas al lado de otras extraordinariamente simples sin que desentonen unas y otras. Además, la claridad expositiva y la soltura estilítica del autor hacen que, sin bajar la calidad literaria, se consiga una poesía asequible a todos los públicos, tratando temas, como el amor, la libertad, la pedagogía, la política, la esperanza en el futuro o los animales. La ironía, el afecto y la ternura, son los recursos con los que se acerca a los temas citados. (PM)
Publicado en Peonza nº  67

martes, 1 de octubre de 2013

¡Pide otra pizza por favor!


Autor: Jesús Carazo
Editorial S.M. Madrid, 2003. 6,25 €

El título es un claro guiño a los adolescentes quinceañeros, si bien los protagonistas están en el último año de Bachillerato. Jesús Carazo vuelve a bucear con esta historia en las inquietudes y vivencias de un estudiante de Secundaria, con sus anhelos, sus fantasías, sus frustraciones y sus alegrías.
 
Con un esquema sencillo, al tiempo que ingenioso, el autor realiza un ejercicio de composición narrativa conjugando una historia "real" (de realista) contada en primera persona, y una historia "representada" en la obra de teatro que el protagonista y otros compañeros ensayan varias veces por semana. 

Por su parte el desarrollo de la historia teatral, la ficticia, inmiscuyéndose en la vida de nuestro protagonista, menos ficticia, concede a la historia que éste nos cuenta una mayor perspectiva de realidad. El acertado despliegue de ambas historias entretejiéndose y complementándose conforman un relato ágil, fresco y tierno en el que al lado de valores culturales como la experiencia de la escena o la fuerza de la lectura, afloran valores afectivos como el sentimiento de la amistad o el arrebato del primer amor. (PM) Publicado en Peonza Nº 69