jueves, 26 de marzo de 2015

La lectura como gimnasia de mantenimiento (I)


Cada cierto tiempo alguna nueva publicación reaviva el debate de la influencia de las nuevas tecnologías de la comunicación en las habilidades intelectivas, en los procesos de aprendizaje y, como consecuencia de todo lo anterior, en la propia lectura. Desde la estela de las ideas que desarrollara McLuhan hace más de medio siglo, se aborda tangencialmente dicho debate y se desgranan algunas propuestas relacionadas con la lectura que pueden ser asumidas por ambas partes contendientes.

Los instrumentos técnicos como extensiones de las facultades físicas humanas
La época actual, tan pródiga en innovaciones técnicas, ha actualizado el pensamiento de Marshall MacLuhan, para quien la tecnología suponía fundamentalmente una prolongación de los sentidos; así, las múltiples aplicaciones mecánicas de la rueda habrían significado una prolongación de los músculos; y aplicada a los vehículos sería una extensión de los pies y las piernas; pantallas y teléfonos serían una extensión de ojos y oídos; el libro extendería la mente; y los circuitos electrónicos serían una nueva extensión del cerebro y del sistema nervioso central. Si se aceptan estas analogías, hay que admitir que su influencia en la forma de percibir el mundo es determinante; en efecto, si cada nueva extensión significativa supone una alteración de la manera de pensar y de actuar, el conjunto de estas extensiones establecería la comprensión específica de una época concreta. De este modo, los cambios técnicos no solo alterarían los hábitos de vida, sino también los modelos y patrones de pensamiento; es decir que cuando cambia la técnica, cambia el hombre.



Los inventos inventan al ser humano contemporáneo
Las anteriores afirmaciones llevan a McLuhan a deducir que los contenidos teóricos quedan afectados por los medios de comunicación que los transmiten, reconvirtiéndose así en nuevos contenidos con significaciones escondidas; el medio crea y recrea su “ambiente” que es lo que también se transmite. Por tanto, no nos valdría aquello de que el mensaje está en el medio, sino que el mensaje es el medio ya que éste sería el elemento que solapadamente iría influyendo sobre las mentes que lo reciben; “Cada una de las formas de transporte no solo acarrea, sino que también traduce y transforma al que envía, al que recibe y al mensaje.”[2]
 

Como es bien sabido, algunas de estas teorías fueron desarrolladas exhaustivamente en su siguiente y más conocida publicación, La galaxia Gutemberg, y en ella destaca la importancia de ciertas invenciones en la transformación y conformación del propio ser humano, como consecuencia de su uso. En efecto, instrumentos como el lenguaje, la escritura, la imprenta o la televisión, al ampliar uno u otro de sus órganos sensoriales, lo hacen de tal modo que todos los restantes sentidos o facultades quedan perturbados hasta reacomodarse a las nuevas condiciones.[3]
 

La imprenta sería un paradigma dentro de estas innovaciones ya que su utilización cambiaría la percepción del propio lenguaje, modificaría las formas de aprender, alteraría los procesos de pensar y variaría las pautas de actuar. Aprendizaje, pensamiento y conducta habrían sido modificados paulatina, inconsciente, velada e irreversiblemente, a partir de la multiplicación de los libros y de la difusión de las ideas.
Llegados a este punto, cobraría fuerza la sospecha de que el hombre contemporáneo no sea otra cosa que un producto de la propia imprenta; y aunque la inteligencia humana es capaz de alejarse mediante un salto, de lo que está haciendo para examinarlo, mucho nos tememos que cuando se trata de una época futura todo lo que digamos es como pretender elevarnos sobre el suelo poniéndonos de puntillas y tirando de un brazo hacia arriba agarrado con la mano del otro; y es que estamos atrapados en nuestra propia forma de pensar. La inteligencia puede brincar fuera de su producto, pero no puede alejarse mucho de él si elementos de ese producto han conformado en parte a la propia inteligencia; el bucle recursivo es inevitable; Escher lo representa poéticamente con las manos que se dibujan mutuamente.  

   
Paisaje tras la actualización de McLuhan
Si aplicamos las teorías de McLuhan a las nuevas tecnologías de la comunicación, el panorama que se nos esboza parece inquietante, aunque no todos lo ven así. Los críticos con este medio manejan un escenario que colocan en un futuro más o menos cercano, aunque consideran que algunas de sus características han empezado ya a manifestarse. Los defensores, en cambio, despliegan las grandes ventajas que Internet ofrece en el presente y auguran otras más fantásticas en el futuro. Aunque el debate lleva abierto desde hace varias décadas, algunas publicaciones recientes han venido a reavivarlo al ser sus autores consumados usuarios de los medios digitales. Éste es el caso de Nicholas Carr[4] para quien el ordenador, al ser una prolongación del cerebro, le sustituye en numerosas operaciones mentales. El resultado es que su uso continuado debilita la memoria, rebaja la atención y mediatiza la creatividad. 





Además, el constante poder de distracción, algo inherente a las nuevas tecnologías, ejercería un influjo negativo en la capacidad humana de concentración; la incitación a buscar lo breve y de forma rápida dejaría pocas opciones al detenimiento; y la trivialización del esfuerzo conceptual mediante imágenes efímeras reduciría las oportunidades para la reflexión. Parecería así que delante de la Red se hace difícil hacer pensamiento profundo; y la propia capacidad de abstracción se resentiría por falta de uso. Obviamente, niños y jóvenes estarían más expuestos a tales repercusiones, al encontrarse todavía en la etapa de formación de algunos de estos procesos mentales.

[1] McLuhan, Marshall: La comprensión de los medios, como extensiones del hombre. Editorial Diana, México, 1964. (p.93)
[2] McLuhan, Marshall: La comprensión de los medios, como extensiones del hombre. Editorial Diana, México, 1964. (p.122)
[3] Mcluhan, Marshall: La galaxia Gutenberg. Editorial Planeta-Agostini, Barcelona, 1985.
[4] Carr, Nicholas: Superficiales: ¿Qué está haciendo Internet con nuestras mentes? Editorial Taurus, Madrid, 2011.

viernes, 20 de marzo de 2015

Globalización



Autor: George Soros
Traductor: Rafael Santandreu Lorite
Editorial: Planeta, Barcelona, 2002

El autor de este libro es George Soros, un húngaro que sobrevivió a la ocupación nazi, huyó a Inglaterra con 17 años tras la instauración del régimen comunista en su país, y se trasladó con 26 años definitivamente a Estados Unidos. A partir de la gestión de un fondo de inversión internacional que él mismo fundó comenzó a acumular una enorme de fortuna. En un solo día de 1992 logró ganar alrededor de 1000 millones de dólares al obligar a devaluar la libra esterlina. También consiguió buenos dividendos de las continuas devaluaciones de la peseta (5, 6 y 8 %) entre 1992 y 1993.
No se considera un hombre de negocios sino un crítico del sistema.  Gana dinero como crítico del mercado. Digamos que es un excelente analista financiero.

Este libro, anterior al estallido de la crisis de Leman Brothers, plantea sin embargo algunas de las fallas del sistema de la globalización que él consideraba podrían quebrar. Advertía por ejemplo de la inflación de las propiedades inmobiliarias y de las acciones a crédito. En una entrevista manifestó entonces que “las burbujas, aún cuando sean identificadas con anticipación, no es fácil evitarlas porque si el banco central lo intentara provocaría una fuerte contracción en la actividad económica, o sea el enlace que tratamos de evitar”.  Seis años más tarde esta burbuja estalló con las consecuencias que todos conocemos.
La preocupación central del libro es el, cada vez, mayor desequilibrio internacional y por ende la cada vez mayor inestabilidad del sistema global como consecuencia de la inadecuación (por anacrónicos) de las instituciones que se encargan de sostener dicho sistema. Fundamentalmente son cuatro instituciones internacionales, la Organización Mundial del Comercio (OMC), la Organización Internacional del Trabajo (OIT), el Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial (BM).
Cree que tanto los fundamentalistas del mercado (neoliberales) como los activistas de la antiglobalización (la izquierda de la izquierda) pueden destruir estas instituciones y eso tampoco sería lo que necesitamos; lo que él propone es mejorarlas, hacerlas más fuertes lo que quiere decir que no deben depender de la influencia de ningún estado. Porque los estados tienen intereses, pero no principios. A este respecto considera que Estados Unidos es el mayor obstáculo para la cooperación internacional ya que está resueltamente en contra de cualquier acuerdo internacional que pudiese afectar a su soberanía.
No encuentra una alternativa viable y realista a la globalización de la economía, por eso considera que lo que hay que hacer es racionalizarla,  ordenarla,  controlarla si es necesario para dotarla de estabilidad y equilibro; y atender a las necesidades de los países más perjudicados por este sistema que son los que están en vías de desarrollo. Aunque advierte que si bien los países de la periferia pueden encontrar doloroso pertenecer al sistema, la opción de salirse podría ser todavía peor.
Le parece fundamental la canalización de las ayudas a los países necesitados a través de sus propios ciudadanos y piensa que el mal gobierno es la principal causa de la pobreza.

En un tono divulgativo el libro analiza la dinámica de la economía global al tiempo que disecciona el funcionamiento de las instituciones financieras que la respaldan.

martes, 17 de marzo de 2015

Sistemas emergentes (O qué tienen en común hormigas, neuronas, ciudades y software)


Autor: Steven Johnson
Traductora: María Florencia Ferré
Editorial: Turner, Madrid, 2004

Emergencia es lo que ocurre cuando un sistema de elementos relativamente simples, se organiza espontáneamente (sin leyes explícitas), hasta dar lugar a un comportamiento inteligente.
  
El autor aplica el concepto de inteligencia colectiva a diversos entes desde la ciudad, hasta la colmena, el hormiguero, el comportamiento neuronal de nuestro cerebro e incluso Internet.

Por ejemplo en una ciudad como Manchester se producen patrones históricos de conducta humana y se toman decisiones que han sido inscritas en la textura de los edificios de la ciudad, patrones que pueden tener siglos (o milenios como Roma), que luego retroalimentan a los residentes y alteran sus decisiones futuras. Es decir, según esto, una ciudad es una máquina de amplificar patrones de conducta que asumen los miembros de  la comunidad. Al final la ciudad tiene un comportamiento colectivo que ningún individuo puede controlar, dirá el autor. La ciudad como colectivo histórico emerge así como un organismo vivo, específico, al margen de individuos o grupos propios de un tiempo concreto. La especialización dota a la ciudad de más inteligencia y utilidad para sus ciudadanos, y este aprendizaje emerge sin que nadie sea consciente de ello.    

Esto es más perceptible en el comportamiento de las hormigas en una colonia. No hay aquí ninguna mente organizando el trabajo; ningún individuo puede tener control sobre la totalidad de la colonia, ningún individuo o pequeño grupo de ellos puede saber lo que pasa globalmente en el hormiguero; sin embargo la suma de las decisiones individuales de cada hormiga dan como resultado un comportamiento global eficaz para la supervivencia del hormiguero; el cálculo de probabilidades de aciertos y errores nos dice que cuanto mayor sea el tamaño de la colonia más eficaz será el comportamiento global; lo mismo se podría decir de las abejas. Una estadística estrictamente matemática seguida aleatoriamente por individuos simples dan como resultado  un organismo complejo con un comportamiento inteligente.
   

Hoy sabemos que millares de animales sencillos pueden formar un cerebro colectivo capaza de tomar decisiones y de moverse como un único organismo.

Así que si alguna vez observamos a hormigas entrando y saliendo de un nido no las comparemos con una autopista llena de tráfico; sería un insulto,… para las hormigas naturalmente.

viernes, 13 de marzo de 2015

Un chico diferente


Autor: Ricardo Gómez
Ilustrador: Jordi Vila Delclòs
Editorial: Edelvives, Zaragoza, 2013.  8,80€


Relato ágil, en primera persona, realizado por un niño de diez años que tiene una gran querencia por los números. Es un niño raro desde la despectiva mirada de sus compañeros porque es diferente a ellos. A Samuel no le gustan las cosas de las que gustan los demás niños; y tiene miedo de las cosas que ningún otro niño teme (el contacto físico, la velocidad,  que le besen); es un síndrome de Asperger.
Su psicóloga le aconseja que escriba un diario en el que vaya plasmando su rico mundo interior; ahí quedarán reflejados sus gustos, sus miedos y su particular relación con el monstruo abominable (Moab) que vive en la zona oscura de su habitación. Se trata de un malvado personaje que siempre le empuja a que infrinja las normas y salga sólo a la calle.

Pero además nuestro protagonista tiene una mirada diferente, obsesiva en su necesidad de reducir siempre las cosa a números, a cantidades: número de coches que aparecen en una película, número de veces que dispararon, número de fila y de asiento en el cine; 48 árboles hay en la plaza que se ve desde su ventana; y 16 bancos; 315 cm en un lado y 334 cm en el lado opuesto de su habitación. Y todo lo va registrando en un cuaderno de 164 páginas que le regaló su psicóloga de 43 años que mide 161 centímetros y pesa 53 kilos a la que ve dos veces por semana.
Cuando le regalan una cámara fotográfica su propósito es captar cosas con dos o tres sombras, algo que sólo puede hacer de noche con el alumbrado de las farolas; pero tiene miedo a salir solo a la calle; y menos de noche; además tampoco le dejan sus padres. Sin embargo necesita capturar esas sombras múltiples.

Las austeras ilustraciones de Jordi Vila Delclòs conceden una nueva dimensión al mundo interior de nuestro protagonista, con sus fijaciones, sus angustias y sus temores.
Aprovechando esa invitación constante a jugar con los números el autor termina cada capítulo con curiosidades sobre éstos y con resultados sorprendentes e ingeniosos derivados de algunas operaciones matemáticas.
Con un estilo claro y una prosa sencilla, precisa y directa Ricardo Gómez deja que sea Samuel el que nos diga lo que piensa y siente un niño distinto. El resultado es un libro valiente, entrañable e intimista.

martes, 10 de marzo de 2015

ALGÚN DÍA ESTALLARÁ LA PAZ


No hay caminos para la paz;
la paz es el camino. (Gandhi)

Ciertamente hoy es una utopía hablar de paz como estado permanente y universal. A pesar del reconocimiento de las guerras como la mayor lacra del siglo pasado, nada nos invita a mirar con optimismo y pensar que vaya a ser menos cruel éste.
Sin embargo, no es posible mejorar la realidad social y política, la más cercana y la otra no tan lejana, sin utopías; los sueños son necesarios para transformar una realidad que nos incomoda por injusta. El filosofo alemán Habermás habla del "aguijón utópico" como el necesario motor de transformación de las realidades sociales.
Pero cada vez más la palabra paz, no puede conjugarse sin contar con las palabras justicia, libertad, igualdad y Derechos Humanos. Por tanto hablar de paz es hablar de compromiso con todos estos conceptos mencionados. Un compromiso que nos incumbe a todos; porque implica un educar y educarnos a través de la reflexión y el diálogo, la sensibilización y la escucha, para construir una sociedad que atienda, respete y valore la dignidad de las personas como miembros de una sola comunidad global por encima de diferencias étnicas, socioeconómicas, sexuales, diversidad de culturas y formas de vida. 

También se empieza a constatar una mayor vinculación entre Paz y Naturaleza; y de estas dos con Tercer Mundo. Y es que, como señala la Carta de la Tierra, "el mundo se vuelve cada vez más interdependiente y frágil", y siendo así, el futuro nos puede deparar grandes promesas pero también grandes riesgos. Por todo ello "debemos unirnos para crear una sociedad global sostenible fundada en el respeto hacia la naturaleza, los Derechos Humanos Universales, la justicia económica y una cultura de paz" (Idem).
Nuestra responsabilidad se convierte pues, en un compromiso hacia los que padecen injusticia o dolor, soportan la pobreza o la exclusión, sufren la violencia o la discriminación o son víctimas del hambre, la explotación humana, el trabajo infantil, el analfabetismo, la intolerancia o las violaciones de los derechos humanos.

Desde actitudes derrotistas no sólo no se puede mejorar la realidad, sino que permaneciendo en ellas, estaremos asegurando que se cumplan las profecías que auguran futuros pesimistas. Al final no quedará otra satisfacción que la de lamentarse profundamente por haber acertado. Maldita la gracia.

viernes, 6 de marzo de 2015

Las TIC en la escuela. Nuevas herramientas para viejos y nuevos problemas


Coordinadores: Daniel Goldin, Marina Kriscautzky y Flora Perelman
Editorial: Océano Travesía, Barcelona, 2012

 

La intención explícita de este libro no es resolver problemas sino suscitar la reflexión y el intercambio; y esto se hace a partir del análisis de las representaciones sociales de las Tic y del análisis de los factores de resistencia de su incorporación a la escuela.
El contenido se fundamenta en una importante base teórica que surge a partir del estudio de numerosas investigaciones estrechamente ligadas a la práctica docente. El rigor metodológico del trabajo científico de las investigaciones avalan así argumentos, razonamientos y conclusiones.   

El libro consta de una decena de artículos que vienen a iluminar el estado de la cuestión en España y el área latinoamericana incluida Brasil. Cada uno ofrece un recorrido diferente por la escuela; y en cada uno las Tic aparecen como medios para reflexionar sobre diferentes objetos de estudio. El tema de la lectura es, junto con la escritura, uno de los que se abordan con notables aportaciones teóricas y prácticas.
“Los alumnos - diría Brousseau – están condenados a transformarse en ex alumnos … Esta es una de las razones que nos llevan a sostener la necesidad de guardar una relación estrecha entre las prácticas escolares y extraescolares de lectura y escritura.”
“Cuando se pregunta a los docentes sobre la utilización del ordenador para la lectura y la escritura las respuestas suelen estar relacionadas con la estrecha relación entre la experiencia que cada uno tiene como usuario y sus ideas sobre la incorporación de esta herramienta a la enseñanza”. Delia Lerner (entrevista)

El libro dispone de una amplia base teórica que a su vez ha surgido a partir de la reflexión sobre numerosas investigaciones de prácticas escolares. El rigor metodológico del trabajo científico de investigación queda patente en las numerosas tesis que se manejan. Por eso el tema de la lectura es uno de los que se abordan junto con la escritura; pero no es el único como se puede apreciar por el título. En otros casos son reflexiones más generales sobre la cultura digital de los docentes, o información general sobre el mundo digital, su historia y sus características.
Más de carácter teórico que práctico, se analizan los factores a favor y en contra, las actitudes, las influencias de las representaciones, las resistencias.
Se dan recomendaciones para introducir y fomentar en la escuela la lectura y la escritura de fuentes electrónicas con reflexión y comprensión críticas (Cassany) porque la llegada de la Red modifica la práctica de leer y escribir; y además cada vez más la cultura escrita se está convirtiendo en cultura escrita digital.
Se reconoce una resistencia de los docentes a aceptar nuevas concepciones o nuevos artefactos tecnológicos,  con lo que el problema más acuciante que parece surgir es el de la capacitación de los docentes. No obstante no se ve que la inclusión de las NNTT en la escuela genere beneficios automáticamente para el aprendizaje. En cualquier caso se reinvindica que es imprescindible crear ciertas condiciones didácticas.
Porque incorporar el ordenador a la lectura no supone que necesariamente se deba utilizar siempre.
Es importante tener en cuenta las representaciones que sobre las Tic tienen los profesores y la propia sociedad ya que según G. Aprea ellos conforman el modo en que un grupo social comprende, comunica y se relaciona con un fenómeno social.

“La situación cambiará cuando quienes estén al frente de las aulas sean maestros que nacieron cuando los ordenadores “”ya estaban allí””, es decir cuando los docentes sean nativos informáticos” asegura Delia Lerner. 

También se proporciona una abundante bibliografía de referencia editada en México, Buenos Aires, Madrid, París, Sao Paulo, Quebec,… 
El debate sigue abierto, la alfabetizaciópn digital se hace necesaria, la implicación de gobiernos también para no perder el tren de una globalización, pero esta prioridad no debe eclipsar otras necesidades de formación integral qque también se deben contemplar en las aulas. 

martes, 3 de marzo de 2015

ALERTA TIERRA

Autor: David Burnie
Traductor: Fernando Bort
Editorial: S.M. Madrid, 2001.

Alerta Tierra  es un libro que nos ayuda a entender los problemas que afronta el mundo natural o lo que es lo mismo el estado de salud de nuestro planeta. Tales investigaciones no serían posibles sin los grandes avances tecnológicos (desde los satélites y los ordenadores hasta las cámaras de alta resolución y los minúsculos radiotransmisores),  que aportan datos sobre nuestro planeta disponiendo así de más información de la que nunca se ha tenido.  
  
Podemos comprender así algunos de los procesos del cambio climático y de paso, conviviremos durante un día con un glaciólogo que es el investigador que estudia estos cambios; también podemos observar en sus diferentes estados el recurso más preciado de nuestro planeta, el agua, así como los problemas que plantea su desigual distribución, su creciente contaminación o su amenaza de inundación; también podremos vivir un día en la vida de un hidrólogo. 
Se nos introduce en problemas  como la presión demográfica y la necesidad de aumentar la  producción de alimentos  lo que obliga a utilizar plaguicidas, abonos químicos y la utilización de la ingeniería genética para cultivos transgénicos. Como contrapartida nos propone pasar un día en la vida de una granja orgánica. Otros problemas que se abordan son las energías sucias, las basuras, los hábitats amenazados o la extinción de especies.   
Su contenido ayuda a conformar una conciencia cívica y responsable, dentro de una globalización bien entendida.
La edición está sumamente cuidada, la ilustraciones a base de fotografías a todo color están perfectamente integradas en el texto contribuyendo a  hacer inteligibles y sencillas, explicaciones que por su naturaleza son complejas. Su contenido humaniza la ciencia, haciéndola asequible, amable y divertida, sin perder rigor ni seriedad en sus planteamientos o deducciones. Todo ello contribuye a la divulgación de la ciencia  con un libro  interesante, ameno y práctico. (PM)