martes, 26 de mayo de 2015

El experimento de los monos y los plátanos



En cierta ocasión se llevó a cabo el siguiente experimento. Se colocaron 6 monos en una jaula, en el centro de la cual se encontraba una escalera que permitía alcanzar un racimo de plátanos que colgaba del techo. En cuanto uno de los monos intentaba alcanzar los plátanos, se les rociaba a todos con agua helada lo cual hacía que desistiera de su intento. Este proceso se repitió tantas veces cómo intentos por alcanzar los plátanos realizaron los monos. Finalmente, cuando alguno de los monos intentaba alcanzar los plátanos, eran sus propios compañeros los que le impedían acercarse a la escalera a base de golpes hasta que el mono desistía de su intento.  

Llegados a este punto, se saca uno de los monos de la jaula y se introduce otro que evidentemente no había participado previamente en el experimento. Al poco de entrar en la jaula, el mono intenta encaramarse a la escalera para tomar los plátanos, pero en cuanto se acerca a la escalera, sus compañeros le agreden con golpes ante la posibilidad de una ducha helada. El nuevo mono no entiende nada, pero tras varios intentos se da cuenta de que no se puede acercar a los plátanos a menos que desee ser vapuleado.

En este momento, se saca de la jaula otro de los monos que empezaron el experimento y se introduce uno que tampoco tiene ningún conocimiento del funcionamiento del mismo. Igual que en el caso anterior, el mono intenta agarrar los plátanos y cada vez que lo intenta, todos sus compañeros de jaula se abalanzan sobre él para impedírselo. La nota curiosa es que el mono que introdujimos a mitad del experimento y que no tiene la experiencia de haber sido rociado con agua helada también participa en la agresión aunque sin saber porqué. Para él, simplemente, no está permitido acercarse a la escalera.

Poco a poco se van sustituyendo todos los monos que comenzaron el experimento por otros que no han experimentado en ningún momento el hecho de haber sido rociados con agua helada.     
Cuando se sustituye el último mono veterano de la jaula, el comportamiento de los simios continúa igual; al mínimo intento del nuevo mono por acercarse a la escalera es vapuleado por sus compañeros, aunque llegados a este momento, nadie sabe el porqué ya que ninguno de ellos ha sido rociado con agua helada. Se ha establecido una regla: "Está prohibido subir por la escalera y quien lo intente se expone a una represión por parte del resto del grupo".

Quizás sea verdad que en ocasiones los monos reflejan un comportamiento casi humano, o quizás seamos los humanos los que en ocasiones nos comportamos como estos monos.

viernes, 22 de mayo de 2015

Los dones de los cuentos



Autor: Paco Abril

Editorial: Octaedro, Barcelona, 2014



Paco Abril, experto en animación lectora, crítico literario y contador de cuentos, nos brinda en este libro 14 poderosas razones para leer o escuchar cuentos. Está convencido de que quien escucha acabará autonomizándose, tomando la iniciativa y finalmente leerá por su cuenta. 
No sería tanto la lectura la que protagonizara el interés e implicara esas razones, si no la ficción; el efecto de la narración, de la historia al margen de cómo pueda ser reproducida ésta. 
Planteado así el vehículo podría ser la voz natural, un libro, pero también una película.  sin embargo, según el planteamiento del autor esta última fórmula queda descartada porque en realidad se está refiriendo a la lectura de cuentos para sí o para quien todavía no sabe leer. Por tanto es la ficción la que proporciona esas características, de la que derivan esos dones a los que se refiere el autor. Dones o ventajas que proporcionan los cuentos como la importancia del afecto y del consuelo, la utilidad de la palabra, el apoyo del pensamiento, el recurso de la identificación,  el fomento de la imaginación, la evasión, el deseo de leer, la empatía, el conocimiento, robustece la atención, la verdad y la prevención. Cada don se desarrolla en un capítulo quedando conformado el libro por los trece dones mencionados más un prólogo, un capítulo que nos habla de la necesidad de las ficciones y dos anexos.

Este ensayo, escrito con un estilo cuidado, está salpicado de anécdotas y es de ágil lectura. Padres y profesores le pueden sacar mucho provecho.

viernes, 15 de mayo de 2015

Cerebros compuestos II (Las langostas)



Couzin es un biólogo y matemático de la Universidad de Oxford que ha dedicado parte de su carrera a observar el comportamiento de los animales gregarios. Según publica la revista Science, en junio de 2006 desarrolló diversos modelos informáticos a través de los cuales pudo comprender el comportamiento de estas sociedades animales (enjambres, langostas, hormigueros).
En la anterior píldora ya hablábamos del comportamiento de estos colectivos, pero lo que hace Couzin es intentar descubrir las normas simples que permiten a estas comunidades funcionar tan eficazmente. 
Y nos dice que al igual que ocurre con el agua líquida que al aplicarla calor en una zona hay un momento en que las moléculas de todo el volumen comienzan a comportarse igual y comienzan a hervir, así también en las asociaciones de animales hay un momento en que de pronto cambian bruscamente de comportamiento. 
Couzin descubrió algunas de estas reglas en el modo en que las langostas empiezan a formar plagas. Estos insectos que normalmente se mueven de un lado para otro solos, observó que de repente empiezan a unirse en enormes bandadas formando millonarios enjambres y devorando todo lo que encuentran a su paso.    
Los modelos informáticos detectaron que cuando la densidad de langostas en un grupo superaban un umbral, los insectos de repente empezaban a moverse juntos, ajustando cada individuo sus movimientos a los del vecino. Se comportaban como las moléculas ante el calor hasta terminar formando un superorganismo con un comportamiento distinto al que toma cada individuo por separado.
 

Pero entender cómo algunos animales se reúnen en enjambres no es lo mismo que entender por qué lo hacen. En el caso de las hormigas o las abejas es evidente que hay una ventaja evolutiva. Pero el propio investigador descubrió que en los desiertos de Utah hay colonias compuestas por millones de grillos egoístas. A veces estos grillos mormones avanzan en bandadas de varios kilómetros de frente por otros tantos de profundidad. Aquí las motivaciones son otras.  Lo que ocurre ahora es que cuando no encuentran sal y proteínas suficientes se vuelven caníbales e intenta cada uno atacar al grillo que va delante al tiempo que trata de evitar que le coma el que va detrás. Sobrevivirán los más fuertes; quizás también sea una solución evolutiva para la supervivencia de la especie.

martes, 12 de mayo de 2015

Noche de voraces sombras


Autor: Agustín Fernández Paz
Traducción: Rafael Chacón 
Editorial: SM, Madrid, 2003. 

Alguien mueve los hilos del destino y lo que parecía otro rutinario veraneo en la casa de la abuela comienza a perfilarse como la experiencia que definitivamente marcará el antes y el después en la vida de Sara. Nuestra protagonista es una estudiante de 16 años que traslada a un diario los acontecimientos, las sensaciones, los sentimientos, las emociones que la embargan a medida que se va adentrando en una etapa del pasado reciente. Pero ya nos alerta de que no se trata de un diario juvenil más, porque en él se recogen dos historias separadas por setenta años.

El talento del escritor pone en boca de la protagonista una prosa sencilla y rítmica como corresponde a la ternura y emotividad que el relato desea irradiar. Esa fluidez natural que convierte a la práctica de la lectura en una experiencia placentera. Y todo ello se hace lentamente, porque es así como la trama que el escritor ha urdido magistralmente va atrapando al entregado lector. Y es así como entreabriendo la puerta del misterio va emergiendo la figura de un desconocido tío suyo, maestro de profesión, represaliado de la Guerra Civil y ya fallecido; una biblioteca privada, tenga muchos o pocos libros, dice mucho de su propietario; esto es lo que piensa uno de los protagonistas. Primero a través de sus libros y sobre todo a través de las cartas que encontró en un falso techo nuestra protagonista descubrirá una terrible realidad; su tío es la punta del iceberg  de toda una generación truncada que sufrió prisión, muerte, exilio y finalmente olvido.


Frente al desconocimiento que las jóvenes generaciones tienen de lo que ocurrió en nuestra guerra, frente a la desmemoria, el olvido o la mentira, el libro reivindica la necesidad de conocer lo que ocurrió, sin revancha ni rencor, pero contra la igualación de víctimas y verdugos de ambos bandos. Necesidad de conocer para que se sepa y para “honrar la memoria de tantos sueños rotos” en palabras de uno de los personajes.

En definitiva una historia de iniciación que abre territorios desconocidos a nuestra protagonista; a través de unas cartas descubrirá una terrible realidad; su tío representaba a toda una generación truncada que sufrió prisión, muerte, exilio y finalmente olvido.

Una prosa sencilla fluye con naturalidad y ritmo de este diario personal; el relato queda impregnado de ternura, intimismo, emotividad y misterio. Su lectura se convierte en una conmovedora experiencia. La adolescencia ha quedado atrás. Se da cuenta de que ha madurado. 
Un breve resumen de este comentario ha sido publicado en Peonza nº 108 marzo de 2014





   



martes, 5 de mayo de 2015

Cerebros compuestos I (Las hormigas)



Dice Steven Johnson en Sistemas emergentes (O qué tienen en común hormigas, neuronas, ciudades y software, Turner, Madrid, 2004) que emergencia es lo que ocurre cuando un sistema de elementos relativamente simples, se organiza espontáneamente (sin leyes explícitas), hasta dar lugar a un comportamiento inteligente. Es decir miles de animales relativamente sencillos forman un cerebro compuesto capaz de tomar decisiones y de moverse como un único organismo.(Claro que el cerebro humano también es el resultado de la acción de millones de seres relativamente sencillos cada uno con una actividad muy local).
    
El autor aplica el concepto de inteligencia colectiva a la colonia de hormigas. Individualmente, cada una tiene escasa información: las feromonas. Ningún individuo tiene a su cargo una operación completa, solo tiene una información local, no puede considerar una acción global, sin embargo trabajan en conjunto de forma coordinada; es decir que no hay conexión entre la micro y la macroorganización, pero el resultado es un comportamiento global eficaz. Cada individuo toma decisiones de forma individual, pero el resultado global deviene en un comportamiento inteligente. 
Por ejemplo, dice, si nos fijamos en la relación entre el abastecimiento de comida y el tamaño de la colonia, se observa que están regulando permanentemente el número de hormigas que buscan comida basándose en el tamaño de la colonia, la cantidad almacenada, la comida disponible en los alrededores e incluso la presencia de otras colonias en zonas vecinas. Sin embargo ninguna hormiga en particular puede percibir el sistema del hormiguero en su totalidad, ni distribuir el trabajo entre las demás. Ellas no controlan el tamaño del hormiguero, en cambio el tamaño afecta a lo que experimenta cada una.
Así una hormiga recolectora puede esperar encontrarse otras tres recolectoras por minuto, si encuentra más de tres puede tomar la decisión de volver al hormiguero a realizar otra función. Como la toma de decisiones es de miles de individuos, según la probabilidad matemática, por cada hormiga que sobrestima el número de recolectoras, hay una que lo subestima. 
Vemos así que en una colonia suficientemente grande, se neutralizarían las que sobrestiman el número de individuos que se dedican a una función con las que subestiman esa misma cantidad. Y de este modo emerge un comportamiento global matemáticamente inteligente. 
Cuanto más grande sea el hormiguero más razones hay para que el comportamiento colectivo resulte más eficaz. En cambio una colonia con pocos individuos está más expuesta a que la toma individual de decisiones resulte fatal para la comunidad.

viernes, 1 de mayo de 2015

El Laboratorio del doctor Nogueira



Autor: Agustín Fernández Paz                                                                       

Traducción: Rafael Chacón

Editorial: S.M. Madrid, 1992. 7,30 €



El doctor Nogueira es un millonario a la vez que un científico y visionario inventor que cree que le ha sido encomendada una misión trascendental: hacer que la infelicidad desparezca del planeta.  


Rosa, su fiel y fervorosa ayudante va escribiendo en un cuaderno las proezas de su admirado filántropo. Lo guarda en secreto porque hay una confabulación contra “el mayor cerebro que jamás hubo en la Tierra”. 


Entre los inventos que describe están las píldoras para evitar la alopecia, el elixir para combatir la pobreza de léxico de la población o la bebida para dejar de ser negro y evitar así el racismo. Sin embargo estos remedios tenían efectos no deseados.   
(PM) Publicado en Peonza nº 108   marzo de 2014