martes, 27 de diciembre de 2016

A CHINA EN BICICLETA

 Autor: Gabriel Pernau
Ediciones B, Barcelona 1998
El autor, un lector de los grandes viajeros como Manuel Leguineche, Vital Alsar, Edmund Hillary, o Marco Polo  decide de pronto emular a estos personajes preparando un viaje a China en bicicleta. Con un atlas traza el itinerario a seguir evitando las zonas más desérticas y montañosas y se da cuenta que sin pretenderlo coincide casi exactamente con la ruta de la seda. Eso implicaba pasar por ocho países algunos de los cuales solo tenemos referencias de ellos muy de tarde en tarde en algún raro documental de tve-2 (Georgia, Azerbaiyán, Turkmenistán, Uzbekistán, Kirguizistán-Kazajstán).

El libro que comentamos no es pues una guía turística, sino la transcripción del cuaderno de viaje de un periodista que va a pasar cuatro meses subido a una bicicleta mientras atraviesa el continente asiático. Experiencia apasionante y llena de emociones, sorpresas, dificultades, encuentros desconcertantes, gentes extrañas, paisajes inhóspitos o acogedores, condiciones climáticas adversas o agradables, noches en tienda de campaña a cielo abierto o en hoteles de dudosa comodidad, en definitiva la aventura en estado puro.   

Los jóvenes a partir de los 15 años pueden encontrar en este libro un buen aliciente para lanzarse a la aventura del viaje con poco dinero pero rico en experiencias. Leer el libro ya es en sí un buen viaje. (P.M.) Publicado en el Diario Montañés.

martes, 20 de diciembre de 2016

Viaje al Centro de la Tierra

Autor: Julio Verne
Ilustrador: Riou
Editorial: Anaya. Madrid, 1982

Julio Verne vive en pleno euforia cientificista, (entusiasmo público por la ciencia la ingeniería y la exploración científica en la Francia de mediados del siglo XIX) y esta corriente también queda reflejada en parte de su bibliografía. Hay que añadir que en estos mismos años (1850 a 1870) las publicaciones periódicas propagaban relatos de extraños y exóticos descubrimientos en Africa que eran consumidos con avidez por sus lectores; de esta forma se seguía de cerca las aventuras de los intrépidos exploradores del vasto y entonces misterioso continente.

Nuestro autor se apoyó en este ambiente para escribir en 1864, Viaje al Centro de la Tierra un relato que será de los que más perduren entre las más de 60 novelas del escritor francés; también se inspiró en el creciente interés público por la geología, la paleontología y las teorías enfrentadas de la evolución que nuestro autor demuestra conocer perfectamente.

Narrada en primera persona, por el joven protagonista Axel, esta novela mantiene un adecuado equilibrio entre las detalladas observaciones científicas de su tío el profesor Lidenbrock, y los ensueños poéticos del propio Axel mientras descienden a las entrañas de la Tierra y descubren un mundo subterráneo y prehistórico. 
A la desbordante fantasía de algunos de los pasajes de Viaje al Centro de la Tierra, hay que añadir la detallada meticulosidad y exactitud descriptiva de los fenómenos presentados, lo que otorga a la obra una extraordinaria verosimilitud y un gran atractivo.

Aquellos que mantienen una inquietud científica, o que deseen cultivar intereses científicos harán bien en acudir a obras como ésta, en donde conviven la literatura fantástica con la divulgación científica de la mano de una brillante mente humana.  Publicado en El Diario Montañés.

martes, 6 de diciembre de 2016

Bajo la fría luz de octubre

Autor: Eloy M. Cebrián
Editorial Alfaguara. Madrid, 2003.

El pasado, como todo tiempo histórico se nos presenta inmodificable, pero si se trata de un pasado reciente suele mostrarse entreverado de brumas, mitos y versiones particulares, cuando no partidarias. Estas variaciones, o desviaciones, se agudizan cuando el período en cuestión está marcado por graves crisis y convulsiones sociales. La historia oral de los que vivieron aquellos tiempos de desgracia y horror, contribuye a mantener esa multiplicidad de perspectivas. Solo la historia como disciplina puede ofrecer un mayor grado de acercamiento objetivo a los diversos aconteceres de las sociedades pasadas.

Sin embargo es posible que la frecuencia de relatos literarios que traten y reflejen esos  períodos convulsos, contribuya a incorporar al imaginario colectivo una memoria dura y triste ciertamente, pero también liberadora de tensiones, emotiva y favorecedora de procesos madurativos; en definitiva una memoria necesaria.

Algo de todo ello hay en la novela que aquí comentamos y que tiene como marco histórico el período más trágico de la España del siglo XX. En efecto la protagonista de nuestra historia despierta a la adolescencia durante la II República española, asiste lejanamente a la evolución de ésta y a sus principales acontecimientos, percibe algo más próxima la guerra desde una ciudad de provincias cercana a Madrid y sufrirá personal y familiarmente los efectos de la postguerra desde la perspectiva de los perdedores. Su transición desde la adolescencia a la vida adulta coincide con el peor de los tiempos de un país que agoniza de manera dolorosa. El horror que empezó siendo un rumor lejano, un ruido de fondo, pero que no cesaba, terminó cercándola lentamente hasta rodearla por completo.

Narrada en primera persona, la lectura de esta novela hace que vayamos adentrándonos de manera gradual hasta el corazón de la tragedia al mismo ritmo que lo hace la protagonista en su peripecia vital trascendente, participando con ella de la ternura, la inocencia, las ilusiones y las esperanzas, pero también de la fiereza, la crueldad, la decepción y la derrota.

Estamos pues ante una historia conmovedora e intimista, que invita a la reflexión y favorece la madurez. Escrita con un estilo directo, sencillo y sereno, la obra que estamos comentando no deja indiferente a quien sale de su lectura. No en vano ha sido Premio Jaén de Narrativa Infantil y Juvenil.