Reflexiones sobre la lectura, la condición de lector, la formación de lectores y comentarios de libros clasificados por edades y temas.
martes, 17 de junio de 2014
1000 palabras. Mi primer diccionario visual.
Ilustrador: Pere Puig
Textos: Meritxell Armengol
Editorial: La Galera, Barcelona, 2010. 12,45€
Pensamos porque nos apoyamos en palabras, escuchamos porque entendemos palabras, hablamos porque conocemos palabras y leemos porque reconocemos palabras. A más palabras, mayor precisión en pensar, mayor capacidad en razonar, mayor facilidad en comprender, mayor riqueza en hablar y mayor placer en leer. Nuestra existencia toda está instalada en el hogar de las palabras; en nuestro sentir y pensar, en nuestro vivir. Bien podemos decir que las palabras son más que palabras.
Así lo ha debido de ver el ilustrador Pere Puig en el volumen que ahora comentamos en donde despliega su habilidad gráfica y pictórica con un planteamiento impecable y un contenido oportuno.
Ateniéndonos a lo que la RAE dice de diccionario: “Libro en el que se recogen y explican de forma ordenada voces de una o más lenguas, de una ciencia o de una materia determinada”, estamos ante el primer diccionario con el que se va a encontrar el niño; no tanto porque sus palabras estén ordenadas alfabéticamente, que no tendría mucho sentido, pero sí porque estamos ante una agrupación ordenada según centros de interés. En efecto estamos ante una reunión de las principales palabras que rodean la vida cotidiana de un niño de 5-6 años.
El volumen está concebido en páginas dobles donde se van ilustrando las diversas dependencias de la casa con los diversos objetos de cada una y con las emociones, sentimientos y acciones que estos escenarios producen en las personas; las palabras escritas, cual versión original subtitulada, aparecen debajo de cada objeto, acción o emoción. El mismo esquema se repite en los otros capítulos (la escuela y la calle), finalizando en un ámbito más general que lleva por título: Tierra, mar y cielo.
Los pequeños se divertirán y aprenderán con esta propuesta a caballo entre el aprendizaje de nuevas palabras y la sorpresa del descubrimiento de los numerosos objetos que puede haber en una habitación y que generalmente pasan desapercibidos, incluso para los mayores.
(PM) Publicado en Peonza nº 96
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