martes, 14 de febrero de 2017

El rayo azul (Marie Curie, descubridora del radio)

Autor: Vicente Muñoz Puelles
Editorial: Anaya, Madrid, 2014. 10,29 €

   La biografía es un género literario útil para revitalizar el ejemplo de seres humanos merecedores de admiración y modelos de conducta.
   En este libro Millán Puelles glosa la vida de una persona excepcional: científica, emigrante y además mujer; la primera mujer doctora en ciencias, la primera profesora en la Sorbona, las primera mujer en recibir un Nobel (el de física en 1903) y la primera persona en repetir Nobel (el de química en 1911). 

   La historia comienza con el traslado de los restos de Pierre y Marie Curie al Panteón de personas ilustres de Francia; es el año 1987 y además de prestigiosas autoridades académicas y estudiantes están presentes también los presidentes de Francia (Miterrand) y de Polonia (Walesa) y la hija del ilustre matrimonio, que será quien ponga voz a la narración.

   Eva Curie comienza a evocar la vida de su madre a mitad de la ceremonia y se cierra la obra con los discursos finales de autoridades en el acto oficial.  En ese ínterin, la hija repasa la vida de Maria Sklodowska desde su nacimiento (1867) en una Polonia sin estado hasta sus años finales (1934) en París. La situación política de su país, repartido entre Prusia, Austria y Rusia, marcará el devenir de la familia así como el del propio pueblo polaco.

   Días sombríos aquellos de su infancia; a los nueve años sufrió la pérdida de uno de sus cuatro hermanos por el tifus y a los once la de su madre por la tuberculosis;  Tiempos preñados de penalidades y estrecheces para aquella familia prematuramente diezmada, y donde nuestra protagonista, la menor de todos, encontrará el apoyo y el estímulo para  realizar su gran pasión: estudiar. 
   Primero será su hermana, la que se traslade a París a estudiar medicina, mientras ella trabajaba y la enviaba dinero; después será ella la que buscando entrar en la universidad (en Polonia lo tenían vedado las mujeres) se presentó en la casa de su hermana, ya instalada en París, con el beneplácito de su padre (profesor de física, jubilado) que también la apoyaba económicamente. Era 1881 y tenía 24 años, edad a la que las mujeres pensaban en casarse o ya lo estaban. En su caso la inquietud intelectual, la curiosidad insaciable, la sed de conocimientos, unido al agobio por el peso del trabajo había descartado el amor de su lista de prioridades.
  Pronto la llegaron los éxitos académicos en la Sorbona, las ofertas de empleo en proyectos de investigación y el encuentro con Pierre Curie. Ambos compartían el entusiasmo, la obstinación y el rigor por el trabajo, así como una ética científica caracterizada por el esfuerzo generoso y desinteresado. En ningún momento se plantearon patentar sus descubrimientos que consideraron debían servir a toda la humanidad si alguna vez se encontraban aplicaciones prácticas.

   Amenidad, sencillez y emotividad son características del estilo de este relato al que acompañan un puñado de ilustraciones de Ana Bustelo.

   El volumen viene acompañado de un cuadernillo de actividades sobre la historia que contribuyen a profundizar en el personaje de Marie Curie, en la lectura en general  y en el propio lector, aparte de ofrecer información cultural complementaria. 
(Publicado en Peonza Nº 113)



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