Autor: Vicente Muñoz Puelles
Editorial: Anaya, Madrid, 2014. 10,29 €
La biografía es un género literario útil para revitalizar el
ejemplo de seres humanos merecedores de admiración y modelos de conducta.
En este libro Millán Puelles glosa la vida de una persona
excepcional: científica, emigrante y además mujer; la primera mujer doctora en
ciencias, la primera profesora en la Sorbona, las primera mujer en recibir un Nobel
(el de física en 1903) y la primera persona en repetir Nobel (el de química en
1911).
La historia comienza con el traslado de los restos de Pierre
y Marie Curie al Panteón de personas ilustres de Francia; es el año 1987 y
además de prestigiosas autoridades académicas y estudiantes están presentes
también los presidentes de Francia (Miterrand) y de Polonia (Walesa) y la hija del
ilustre matrimonio, que será quien ponga voz a la narración.
Eva Curie comienza a evocar la vida de su madre a mitad de
la ceremonia y se cierra la obra con los discursos finales de autoridades en el
acto oficial. En ese ínterin, la hija
repasa la vida de Maria Sklodowska desde su nacimiento (1867) en una Polonia
sin estado hasta sus años finales (1934) en París. La situación política de su
país, repartido entre Prusia, Austria y Rusia, marcará el devenir de la familia
así como el del propio pueblo polaco.
Días sombríos aquellos de su infancia; a los nueve años
sufrió la pérdida de uno de sus cuatro hermanos por el tifus y a los once la de
su madre por la tuberculosis; Tiempos
preñados de penalidades y estrecheces para aquella familia prematuramente
diezmada, y donde nuestra protagonista, la menor de todos, encontrará el apoyo
y el estímulo para realizar su gran
pasión: estudiar.
Primero será su hermana, la que se traslade a París a
estudiar medicina, mientras ella trabajaba y la enviaba dinero; después será
ella la que buscando entrar en la universidad (en Polonia lo tenían vedado las
mujeres) se presentó en la casa de su hermana, ya instalada en París, con el
beneplácito de su padre (profesor de física, jubilado) que también la apoyaba
económicamente. Era 1881 y tenía 24 años, edad a la que las mujeres pensaban en
casarse o ya lo estaban. En su caso la inquietud intelectual, la curiosidad
insaciable, la sed de conocimientos, unido al agobio por el peso del trabajo
había descartado el amor de su lista de prioridades.
Pronto la llegaron los
éxitos académicos en la Sorbona, las ofertas de empleo en proyectos de
investigación y el encuentro con Pierre Curie. Ambos compartían el entusiasmo,
la obstinación y el rigor por el trabajo, así como una ética científica caracterizada
por el esfuerzo generoso y desinteresado. En ningún momento se plantearon
patentar sus descubrimientos que consideraron debían servir a toda la humanidad
si alguna vez se encontraban aplicaciones prácticas.
Amenidad, sencillez y emotividad son características del
estilo de este relato al que acompañan un puñado de ilustraciones de Ana
Bustelo.
El volumen viene acompañado de un cuadernillo de actividades
sobre la historia que contribuyen a profundizar en el personaje de Marie Curie,
en la lectura en general y en el propio
lector, aparte de ofrecer información cultural complementaria.
(Publicado en Peonza Nº 113)
(Publicado en Peonza Nº 113)
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