La marcha Radetzky
Autor:
Joseph Roth
Traductor:
Arturo Quintana
Editorial:
Edhasa, Barcelona, 2010
Joseph
Roth (1894-1939) nació en la región de Galitzia situada al sur de Polonia y
en su época provincia perteneciente al Imperio Austrohúngaro. En algunos de sus
escritos sale a relucir la nostalgia por aquel imperio símbolo de la
Centroeuropa multicultural y unida, su patria del pensamiento y del
sentimiento. Ese remanso de paz europeo se desvaneció con la I Guerra Mundial
(en la que participó como voluntario).
La
fragmentación posterior, los agravios nacionales, las revanchas históricas, el
terror nazi y el exilio judío de cuyo pueblo formaba parte, serían sucesivas
fases de un deterioro progresivo que él sufrió refugiándose en el alcohol y
muriendo por esta causa.
La marcha Radetzky, es sin duda su
obra capital y una de las cumbres literarias del s. XX. En ella nos describe el desarrollo de tres
generaciones de una misma familia estrechamente ligada al emperador. Y
asistimos en consecuencia a la caída de este imperio monolítico al tiempo que
desaparecía el último vástago de dicha familia. Es decir que en este relato de Roth
asistimos a dos finales paralelos el de una familia ennoblecida y el del imperio austrohúngaro aburguesado.
La
historia arranca con la batalla de Solferino (austriacos contra franceses e
italianos) en donde un sargento del ejército austro-húngaro tuvo la intuición
oportuna de provocar un movimiento rápido y derribar al emperador (Francisco José
I) que se erguía con unos prismáticos para divisar al enemigo. Ese acto libró
al emperador de una bala mortal y elevó a la estirpe del sargento a la dignidad
de los barones; los barones de Trotta.
De esta forma la familia se pliega al destino del emperador y sucumbirá
con él.
Por
eso esta es una historia triste en la que los Trotta viven una vida que apunta
hacia una dulce convalecencia que deriva
en agonía y que finalmente desembocar en una tragedia patética; como el propio
imperio austrohúngaro.
Con
la caída del imperio se derrumbaba un sentido aristocrático de
la sociedad y de la cultura de la sociedad centroeuropea y se entraba en la
modernidad del siglo XX. Y en tal sentido esta novela representa la antesala
del acontecimiento que se avecina, el doloroso parto de los tiempos modernos
que supone la Gran Guerra.
Joseph
Roth, escritor sutil, es también el agudo
observador de una realidad de la que es testigo pero que no juzga, sino que se limita
a describir.
Tampoco
falta el fino humor , aunque sin perder de vista la nostalgia y la tristeza de
lo que se cuenta, el desconsuelo de la vida y la desolación del ser humano ante
el mundo que se desmoronaba.
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