Autor: Julio Verne
Ilustrador: Riou
Editorial: Anaya. Madrid, 1982
Ilustrador: Riou
Editorial: Anaya. Madrid, 1982
Julio Verne vive en pleno euforia cientificista,
(entusiasmo público por la ciencia la ingeniería y la exploración científica en
la Francia de mediados del siglo XIX) y esta corriente también queda reflejada
en parte de su bibliografía. Hay que añadir que en estos mismos años (1850 a 1870) las
publicaciones periódicas propagaban relatos de extraños y exóticos
descubrimientos en Africa que eran consumidos con avidez por sus lectores; de
esta forma se seguía de cerca las aventuras de los intrépidos exploradores del
vasto y entonces misterioso continente.
Nuestro autor se apoyó en este ambiente para escribir en
1864, Viaje al Centro
de la Tierra un relato que será de los que
más perduren entre las más de 60 novelas del escritor francés; también se
inspiró en el creciente interés público por la geología, la paleontología y las
teorías enfrentadas de la evolución que nuestro autor demuestra conocer
perfectamente.
Narrada en primera persona, por el joven protagonista Axel, esta novela mantiene un adecuado equilibrio entre las detalladas observaciones científicas de su tío el profesor Lidenbrock, y los ensueños poéticos del propio Axel mientras descienden a las entrañas de la Tierra y descubren un mundo subterráneo y prehistórico.
A la desbordante fantasía de algunos de los pasajes de Viaje al Centro de la Tierra, hay que añadir la detallada meticulosidad y exactitud descriptiva de los fenómenos presentados, lo que otorga a la obra una extraordinaria verosimilitud y un gran atractivo.
Narrada en primera persona, por el joven protagonista Axel, esta novela mantiene un adecuado equilibrio entre las detalladas observaciones científicas de su tío el profesor Lidenbrock, y los ensueños poéticos del propio Axel mientras descienden a las entrañas de la Tierra y descubren un mundo subterráneo y prehistórico.
A la desbordante fantasía de algunos de los pasajes de Viaje al Centro de la Tierra, hay que añadir la detallada meticulosidad y exactitud descriptiva de los fenómenos presentados, lo que otorga a la obra una extraordinaria verosimilitud y un gran atractivo.
Aquellos que mantienen una inquietud científica, o que
deseen cultivar intereses científicos harán bien en acudir a obras como ésta,
en donde conviven la literatura fantástica con la divulgación científica de la
mano de una brillante mente humana. Publicado en El Diario Montañés.
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