martes, 31 de mayo de 2016

La niebla que te envuelve

Autor: César Fernández García
Editorial: Bruño, Madrid, 2013. 8,65 €

Un especialista informático es enviado a un centro de estudios de alto rendimiento para mejorar la página Web. Los estudiantes de este centro son superdotados y los profesores han recibido importantes premios en distintos campos del saber por sus numerosas investigaciones, especialmente las referidas a la mente. En efecto esta institución llamada Lux Homini centra la mayoría de sus esfuerzos en la actuación sobre el cerebro, susceptible de embotamientos, veladuras, pero también órgano moldeable, del que se pueden extirpar las ideas perniciosas y asumir otras nuevas.  
El centro está ubicado en un paraje montañoso del suroeste de Cantabria, cercano a un pueblo ya abandonado y con magníficas vistas (cuando no hay niebla) de las cumbres de Peña Sagra, en la Cordillera, y Peña Vieja y Naranjo de Bulnes ya en los Picos de Europa. Aunque casi toda la acción se desarrolla dentro del internado, el paisaje y la climatología adversa juegan un papel importante en la sensación de aislamiento del propio centro y en la pesadilla que terminará sintiendo el propio protagonista.

Ciertamente el centro ofrecía a los estudiantes múltiples experiencias y gran variedad de estímulos mentales. Incluso el técnico informático participó en algún experimento del laboratorio de psicología. Se desplazó allí para trabajar en el desarrollo y potenciación de la Web de la institución, pero pronto empezó a sospechar de aquel establecimiento tan cercado; y tan celosamente vigilada por guardianes y cámaras. Algunas técnicas que aplicaban a los estudiantes le parecían muy duras; además, a él no le parecía necesario, ni conveniente, utilizar aquellas vitaminas que administraban a algunos estudiantes para reforzar las facultades mentales. Tenía razones para sospechar; aquello no era lo que parecía, pero cuando se quiso dar cuenta ya estaba siendo tratado como un estudiante más y no tenía libertad de movimientos para salir o entrar del recinto.
Finalmente descubrirá que la mente le ha jugado una mala pasada, le ha velado la realidad y le ha presentado otra más aceptable; los profesores le ayudarán a descubrir no ya que el sueño de la razón produce monstruos, como dice Goya, sino que cuando la razón se fuga el sueño de los monstruos producen la realidad.
El relato va ganando en intensidad a medida que avanza semejándose a un trhiller psicológico; el misterio, la intriga, el suspense contribuyen a mantener al lector activo mentalmente.  El desenlace actuará en él como un masaje emocional y será como una descarga de adrenalina que necesitaba liberar tras la tensión acumulada.
Aunque no suele frecuentarse entre las novelas juveniles el tema de la locura, creo oportuno abordarlo dignamente como es el caso; contribuirá a un mayor autoconocimiento del lector. (Publicado en Peonza nº 112, Marzo, 2015) 




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