Autor: John Newman
Traductor: Denise Despeyroux
Editorial: Siruela, Madrid,
2013. 14,90 €
La madre de Mimi murió
atropellada por un autobús cuando iba en bicicleta. Han pasado cinco meses
desde entonces y también desde entonces una nueva rutina se ha instalado en su
casa. Su padre está triste, ensimismado, es un desastre en la cocina y apenas
se ocupa de otras tareas de la casa; quiere a sus hijos pero apenas tiene
fuerzas para poner un poco de orden en sus vidas y atender o reforzar sus
hábitos: lavarse los dientes, llegar puntuales al colegio, llevar la ropa
limpia y planchada, ayudarles a hacer los deberes, etc.
Su hermana Sally
atraviesa esa etapa adolescente en el que la rebeldía es una seña de identidad
y se refugia en una pandilla urbana de estética gótica.
Su hermano Conor se
encierra en su habitación y loco por la batería atormenta a moradores de la
casa y vecinos próximos con sus incesantes ensayos de inmisericordes golpes
rítmicos.
Pero Mimi cuenta también con una
familia más amplia que la arropa, la cuida y la mima; se trata de sus abuelos,
tíos y primos. Todos ellos intentan que su vida recobre la alegría y las
rutinas saludables de antes y ella se siente reconfortada cuando está con
ellos. También cuenta con la complicidad de su amiga favorita siempre dispuesta
a hacerla reír con el último chiste que se ha aprendido.
Otros personajes que se perfilan
a su alrededor contribuyen a conformar el acontecer de su vida diaria: la
señora del kiosko, siempre tan amable y generosa, la maestra muy atenta a sus
descuidos, olvidos o abandonos y, cómo no, la compañera antipática de
clase.
El relato, contado por la
protagonista, narra el discurrir cotidiano de una niña que pasa por el trance
de superar la pérdida de un ser querido. El duelo es así el tránsito necesario
que todos van pasando y que parece abocado a provocar el hundimiento del núcleo
familiar. Sin embargo, llegados a un punto crítico el padre reaccionará, tomará
el control de la situación y los hijos sabrán responder como corresponde a su
edad. La normalidad se restablece en la casa y la sonrisa vuelve a dibujarse en
las caras de sus moradores. La vida sigue.
Delicadeza, ternura, intensidad y
emoción son características que enmarcan magistralmente esta valiente y hermosa
historia que aborda un tema espinoso sin caer en la sensiblería. (Publicado en Peonza 112, Marzo 2015)
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