Autor: Emilio Calderón
Editorial: Anaya. Madrid, 2005. 7,30 €
Manio Manlio Escévola es un joven aristócrata romano que cree tener razones para odiar a muerte al emperador Tiberio, por lo que ingenia un plan para asesinarlo. Sin embargo será justamente el desarrollo de
su plan lo que le pondrá en la pesquisa de otro asesinato cargado de misterio y de intriga que él ayudará a resolver. Acompañando a un prestigioso preceptor griego saldrá de Roma y viajará a Egipto donde ambos creen que está la clave del citado crimen; de hecho la víctima había estado trabajando y descifrando los jeroglíficos encontrados en la tumba de una adivina a la que los antiguos egipcios atribuían poderes extraordinarios.
Esta es la segunda novela que escribe Emilio Calderón ambientada en Roma y con el mismo protagonista; la anterior lleva por título Continúan los crímenes en Roma.
Es destacable la excelente documentación histórica que el autor exhibe en la utilización de los objetos de la vida cotidiana, en la verosimilitud de situaciones y escenas y, en definitiva, en el desarrollo de toda la peripecia detectivesca. Además al introducir personajes históricos contribuye a diluir la ficción, recreando con más fuerza la historicidad de los hechos.
Con una escritura ágil, directa y sencilla, con abundantes diálogos y sembrada de pequeñas anécdotas, historietas y costumbres de la sociedad romana, la lectura de esta novela da como resultado una experiencia intelectual ligera, satisfactoria y amena.
(PM) Publicado en Peonza nº 77
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