EDITORIAL NOGUER, BARCEELONA 1998
Como es
sabido, Viernes es el indígena salvado por Robinson y convertido por éste en su
siervo en aquella isla habitada sólo por ellos dos. Sin embargo no es necesario
haber leído el libro de Defoe para entender y disfrutar de esta “variación
sobre el mismo tema”.
Aunque Robinson
intenta someterle y “civilizarle” el nativo no comprende sus razones y no
acepta unas imposiciones que le parecen absurdas; él prefiere disfrutar de la
vida natural, no tiene prejuicios ni acepta trabas.
El
escritor francés realiza en esta obra una experiencia interesante. Después de
haber escrito “Viernes o los limbos del Pacífico” (Alfaguara) con el que
obtiene un gran éxito entre los lectores adultos, vuelve a reescribir la
historia.
“La filosofía estaba allí, en cada página, indiscreta, exorbitante,
volviendo lento y pesado el curso del relato”, dice el propio autor. Para ello,
aligera la nueva versión, introduciendo episodios fundamentalmente narrativos
en los que integra la carga filosófica de la primera versión. El resultado fue
un libro más breve, escrito con gran limpieza, en el que los acontecimientos se
suceden con un ritmo muy ágil. La primera sorpresa del autor es que había
escrito un libro tan completo que hasta los más jóvenes podían leerlo. Es un
clásico al que como tal ya no le afecta el paso del tiempo.
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