La idea de progreso y las utopías

El punto de inflexión lo había marcado la Revolución Francesa y la Revolución Industrial y a los modelos societarios de Saint Simón, Fourier, Robert Owen o Etienne Cabet, les sucedieron las propuestas comunitarias del anarquista Bakunin, y las de los autodenominados socialistas científicos Marx y Engels.
Todavía a finales del s. XIX siguieron apareciendo tratados utópicos con la decidida vocación de convertirse en patrón de conducta y modelo social (Bellamy, Theodor Hertzka, Morris ) [1]. Cierto es que frente al optimismo de este siglo surgieron en sus postrimerías pensadores más escépticos o decididamente críticos con la idea de progreso como Shopenhauer, Nietzsche o Freud: sus preocupaciones no se dirigían al progreso material sino al progreso moral.

El s. XX nos traía la frustración histórica de esta poderosa idea y como consecuencia sumía a la civilización en un ambiente de pesimismo. (PM)
A partir del artículo "El aguijón utópico" publicado en Peonza Nº 79-80.
[1] Carandell, Jossé Mª: Las
utopías. Editorial Salvat. Barcelona 1973
(pp. 25 y sgtes.)
No hay comentarios:
Publicar un comentario