Ilustrador: Juan Miguel Aguilera
Editorial: Media Vaca, Valencia, 2011. 25 €
Luis Ruiz de Gopegui, es un
astrofísico que fue jefe de los equipos de radiofrecuencia de la estación de
Robledo de Chavela y posteriormente director de los programas de la NASA en
España. Este es su primer libro dedicado a los niños y en él nos cuenta todo lo
que razonablemente habría que hacer para llegar al planeta Marte. El autor lo
sabe bien porque siguió desde la estación espacial de la NASA en España las
operaciones que hicieron posible la llegada del hombre a la Luna amén de otros
numerosos viajes espaciales.
El origen del libro es una
historia personalizada que el autor quiso dedicar a sus dos nietos haciéndoles
protagonistas de la misma. El que finalmente fuera publicada tiene mucho que
ver con los buenos oficios de su hija Belén Gopegui y de la editorial Media
Vaca que vieron en dicha historia las bases suficientes para trascender el
ámbito familiar.
Como el propio
título indica este relato narra la formidable aventura de un grupo de niños que
viajan al planeta rojo en una nave espacial. Pero no es un relato de ciencia-ficción sino un relato
ficticio de divulgación científica. En alguna entrevista el autor confirma que
la expedición se aproxima a lo que podría ser un viaje real en el que aprovecha
el marco narrativo para explicar, en términos muy simplificados, las cuestiones
técnicas que surgen en este tipo de periplos.
Solo desde el conocimiento y la experiencia del autor se puede hablar con tanto detalle de las diversas secciones de la nave explicando para qué sirve cada una, así como de las numerosa consideraciones que se hacen tales como: las condiciones de vida en un espacio ingrávido, los preparados especiales alimenticios, los ejercicios físicos necesarios para contrarrestar la descalcificación de los huesos, las numerosas operaciones que hay que realizar a bordo, los imponderables cotidianos que surgen en un viaje de 6 meses de duración, los detalles precisos de las maniobras de acoplamiento y aterrizaje en Marte, la exploración por su superficie perfectamente cartografiada y finalmente el despegue y regreso a la Tierra.
Era necesario enumerar todos estos aspectos para comprender el grado de exhaustividad con el que está tratado el tema sin que por ello resulte aburrido; más bien al contrario la amenidad con la que está tratado y el interés de lo que se dice hace que su lectura resulte estimulante.
Solo desde el conocimiento y la experiencia del autor se puede hablar con tanto detalle de las diversas secciones de la nave explicando para qué sirve cada una, así como de las numerosa consideraciones que se hacen tales como: las condiciones de vida en un espacio ingrávido, los preparados especiales alimenticios, los ejercicios físicos necesarios para contrarrestar la descalcificación de los huesos, las numerosas operaciones que hay que realizar a bordo, los imponderables cotidianos que surgen en un viaje de 6 meses de duración, los detalles precisos de las maniobras de acoplamiento y aterrizaje en Marte, la exploración por su superficie perfectamente cartografiada y finalmente el despegue y regreso a la Tierra.
Era necesario enumerar todos estos aspectos para comprender el grado de exhaustividad con el que está tratado el tema sin que por ello resulte aburrido; más bien al contrario la amenidad con la que está tratado y el interés de lo que se dice hace que su lectura resulte estimulante.
Por lo demás
estos detalles técnicos y la forma tan sencilla de exponerlos hacen que el
lector se sienta un viajero del espacio. Bien podríamos considerar que estamos
ante un libro de viajes. Pero, como ya hemos dicho, también estamos ante un
libro de divulgación científica por los datos, descripciones y consideraciones
que se hacen; “Marte tiene una gravedad
1/3 menos que la tierra con días de 24 horas y años de 687 días; tiene una
atmósfera de dióxido de Carbono y una temperatura que se mueve entre 20 º por
encima de cero y 60 º bajo cero. La
montaña más alta mide 27 Km.
de altura y el planeta y dista del nuestro 75 millones de Km; un Fórmula1
tardaría noventa siglos en hacer el recorrido.” nos dice.
El libro está magníficamente
editado y cuenta con una gran colección de fotografías a todo color. A este
respecto son interesantes los motivos que se presentan cedidos por la NASA: paisajes
desérticos, cráteres, materiales que se recogen o tormentas de arena. También
es una excelente idea que atraerá a los jóvenes lectores las fotografías
manipuladas en las que los protagonistas aparecen flotando dentro de la nave,
haciendo las operaciones que un astronauta debería hacer o explorando la
superficie marciana.
(PM) Publicado en Peonza Nº 104, Marzo 2013.
(PM) Publicado en Peonza Nº 104, Marzo 2013.
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