viernes, 30 de enero de 2015

Las TIC en la escuela. Nuevas herramientas para viejos y nuevos problemas


Coordinadores: Daniel Goldin, Marina Kriscautzky y Flora Perelman
Editorial: Océano Travesía, Méjico, Barcelona, 2012

La intención explícita del libro no es resolver problemas sino suscitar la reflexión y el intercambio; y esto se hace a partir del análisis de las representaciones sociales de las Tic y del análisis de los factores de resistencia de su incorporación a la escuela.
  
El rigor metodológico del trabajo científico de las investigaciones avalan argumentos, razonamientos y conclusiones. La teoría se apoya así en numerosas investigaciones estrechamente ligadas a la práctica docente.

El libro consta de una decena de artículos que vienen a iluminar el estado de la cuestión en España y el área latinoamericana. Cada uno ofrece un recorrido diferente por la escuela; el tema de la lectura es, junto con la escritura, uno de los que se abordan con notables aportaciones teóricas y prácticas. (PM) Publicado en Peonza 106-107, Octubre 2013

viernes, 23 de enero de 2015

Las lecciones del chimpancé (La madre enseña a sus hijos) II


En la píldora anterior ya recogimos algunas ideas interesantes del citado libro de Roger Foots (Primos hermanos) sobre la evolución de una chimpancé a la que desde sus primeros momentos de vida se la acostumbró a vivir con una familia humana y se la enseñó el lenguaje de signos de los sordomudos.   
Retomamos ahora la investigación para seguir a la chimpancé Washoe cuando se convirtió en una hembra adulta y se la encomendó un cachorro de chimpancé al que adoptó con absoluta normalidad; a los dieciocho meses esta nueva criatura empleaba cerca de veinticinco signos de forma espontánea y se convertía en el primer ser no humano que había aprendido un lenguaje humano gracias a la enseñanza de otro ser no humano. Después se fue ampliando la familia añadiendo una cría más, después otra y finalmente otras dos más.
Pronto todas estas crías fueron produciendo frases como “Sombrero deprisa ven jugar” (dirigiéndose a un visitante del laboratorio que llevaba sombrero) o “Ven dame bebida deprisa”.
  Estos chimpancés aprendieron a hablar por signos de la misma manera que aprenden los niños sordos cuyos padres también padecen sordera, es decir por medio de la interacción espontánea con adultos que emplean el lenguaje de signos.

A principios de los ochenta aquella extensa familia llegaba a mantener casi diez conversaciones por hora. No empleaban el lenguaje para obtener recompensas, sino que en un entorno estimulante desde el punto de vista lingüístico y afectivo empleaban el lenguaje como lo hace cualquier familia humana. Todos ellos pasaban una gran cantidad de tiempo hojeando revistas con imágenes, según nos cuenta Foots.

martes, 20 de enero de 2015

La experiencia de leer (Un ejercicio de crítica experimental)


La experiencia de leer
(Un ejercicio de crítica experimental)
Autor: C.S. Lewis
Traductor: Ricardo Pochtar
Editorial: Alba, Barcelona, 2000

Las afirmaciones rotundas de este agudo ensayo están avaladas por la experiencia de su autor, profesor de Literatura (Oxford y Cambridge), escritor (literatura fantástica, ensayo y crítica literaria) y gran amigo de J.R.R. Tolkien.
El libro es un clásico de la crítica literaria que parte de un planteamiento original no exento de polémica al analizar, no ya la calidad de una obra sino la forma en que es leída. No busca pues clasificar las obras en un estándar de calidad sino en juzgar la actitud que adoptan los lectores ante dichas obras. Y así más que de buenas o malas obras habla de buenos (minoritarios) o malos lectores. Porque la calidad de una obra literaria solo se verifica en la experiencia de un buen lector, nos dice. Lo importante pues está en la calidad de la lectura, en la manera cómo se lee; claro, sin olvidar que hay obras que no se dejan leer de cualquier modo; que hay obras que exigen una determinada forma de ser leídas y que un mal libro excluye una buena lectura. Y nos advierte, nada tiene que ver esta clasificación con el nivel cultural o la categoría moral de los lectores, ni hay barreras inamovibles.
Describe a continuación las actitudes, los hábitos, los prejuicios, las satisfacciones verdaderas o ilusorias de uno y otro grupo.

Entre las características del mal lector destaca:
  1. Sólo lee con los ojos; no distingue entre la horrible cacofonía y el perfecto ejemplo de ritmo y melodía vocálica.
  2. No es sensible al estilo.
  3. Busca narraciones de ritmo rápido; siempre debe estar sucediendo algo. Sólo le interesa los hechos.
  4. Jamás aplica al estilo los dos únicos criterios realmente pertinentes sobre las palabras: su aspecto sonante y significante.
  5. La emoción es un placer que todos compartimos, es la dosificación lo que diferencia a ambos grupos.  El placer para el mal lector consiste en la permanente excitación y distensión de la ansiedad.
  6. El lector sin sensibilidad literaria no lee mal porque disfrute de esta manera con los relatos, sino porque sólo es capaz de hacerlo así.

Interesante punto de vista de nuestro autor para quien el engaño no está en los cuentos de hadas o en los libros de ciencia ficción, sino en las novelas donde todo parece probable, pero que en realidad están concebidas para transmitir determinado comentario social, ético, religioso o antirreligioso sobre la vida.  Y añade, el mejor tipo de lector nunca confunde el arte con la vida ni con la filosofía. Puede asumir el punto de vista del autor sin aceptarlo ni rechazarlo; puede suspender su incredulidad o (lo que es más difícil) su credulidad. Y es que al lector maduro se le distingue por su capacidad de adoptar una actitud idónea ante los libros que sólo puede alcanzarse a través de la experiencia y la disciplina.
     
Distingue entre recibir y usar una obra de arte; “en el recibir la forma creada por el artista determina el comportamiento de nuestra sensibilidad, de nuestra imaginación y o de otra serie de facultades; el usar no añade nada nuevo a nuestra vida, sólo se limita a proporcionar brillo, asistencia, apoyo o alivio”. Se trataría así de que la obra de creación nos haga algo a nosotros, no que nosotros hagamos algo con ella. Pero añade que en el caso de la literatura surge una pequeña complicación con el que usa el contenido de la obra como pasatiempo, como ejercicio mental, como fuente de la que  extraer “filosofías de vida”. El que la recibe quiere detenerse en ese contenido, lo considera un fin en sí mismo. Por eso cuando leemos no se trata de usar (literatura como fuente de conocimiento), sino de recibir y de escuchar.

He aquí un libro que nos invita a reflexionar sobre nuestra práctica como lectores; a analizar la forma en que lo hacemos; a revisar las preguntas que concebimos con la lectura y a explorar otras nuevas; en definitiva, a ser más rigurosos con nuestra experiencia artística-literaria.
Es cierto que algunos de sus planteamientos pueden ser hoy discutibles, pero eso no le resta interés a este ensayo entusiasta, heterodoxo, ameno, agudo y  brillante hecho por un extraordinario y perspicaz lector que nos invita a reflexionar y a intentar otras preguntas cuando leemos. Imprescindible para cualquier profesor y para cualquier amante de la verdadera lectura.
Las afirmaciones de este agudo ensayo están avaladas por la erudición y experiencia de su autor, profesor, escritor y crítico literario.
 

viernes, 16 de enero de 2015

Tu fantástico y elástico cerebro (estíralo y moldéalo)


Autora: Joann Deak
Ilustradora: Sarah Ackerley
Traductora: Teresa Farran
Editorial: Juventud, Barcelona, 2013. 16 €

Es conocido que a la ciencia le resulta más fácil explorar y descubrir los grandes misterios del universo que los íntimos pero no menos formidables enigmas de nuestro cerebro. Y es cierto que sabemos mucho de este extraordinario órgano, pero justamente eso que ya sabemos nos informa de que todavía es mucho lo que nos queda por saber. Por algo es el órgano más importante y más complejo del cuerpo humano. Pues bien ni siquiera esta enorme complejidad ha frenado a la autora de este álbum (educadora, psicóloga clínica y conferenciante internacional) a presentar las principales características y funciones de esta asombrosa parte del cuerpo humano para que puedan ser comprensibles por el recién estrenado lector.

Y es importante que el niño tome conciencia de lo que se dice porque está en su mano (mejor en su cerebro) el conseguir las mayores prestaciones posibles de este soberbio órgano. Por eso se incide en la elasticidad y moldeabilidad del mismo así como en su rápido crecimiento hasta los diez años. Aprender, practicar y esforzarse por mejorar potencia las capacidades mentales las cuales a su vez se benefician incluso cuando se cometen errores; el cerebro lo aprovecha todo.

Cuando se aprende algo nuevo las neuronas desarrollan más conexiones y esto ayuda a estirar una parte del encéfalo volviéndolo más elástico lo que quiere decir que puede contener más información e ideas. Y así el lector-niño sabe que moldea su encéfalo cuando añade cosas que aprende o cosas que puede hacer.

Estamos pues ante un álbum ilustrado en el que mediante una propuesta atractiva e inteligente nos adentra en el centro coordinador de pensamientos, acciones, sentimientos y recuerdos. Y todo ello apoyándose en un despliegue de ilustraciones plenas de humor y ternura que alivian el texto y lo hacen sumamente interesante, estimulante y divertido. (PM) Publicado en Peonza nº 106-107,  Octubre 2013

viernes, 9 de enero de 2015

Las lecciones del chimpancé (¿Chomsky se equivoca?) I


Noam Chomsky sostiene que los niños no aprenden a hablar de la misma forma en que aprenden a anudarse los cordones de los zapatos o a tocar el piano. Sostiene el lingüista que es imposible que un menor aprendiera a hablar observando e imitando a los adultos, que las reglas de la sintaxis inherentes al lenguaje tienen que estar codificadas en alguna zona del cerebro. Sugiere que existe una estructura subyacente de significados que es común a todas las lenguas. Este bagaje semántico común se traduce en una gran diversidad de sonidos y palabras que conforman las distintas lenguas, organizándose en función de una “gramática universal”. Dicha gramática universal sería una parte intrínseca de la dotación genética del niño, equiparando así la facultad del lenguaje en el ser humano a la construcción de presas en los castores o la danza en círculo de las abejas. 


Pero Chomsky no estudió la lengua como un sistema social y por tanto no tuvo en cuenta las complejas interacciones de una comunicación real (palabras, entonación, lenguaje corporal). Ejemplo, el lenguaje de los sordomudos (ASL) permite transmitir la oración “Me siento bien” con diez matices distintos. 
Especialistas aseguran que un setenta y cinco por ciento del contenido de una conversación cara a cara se transmite por medio del lenguaje corporal y la entonación. Chomsky se centró en la forma escrita por eso su argumento se debilita. Todas las pautas de conducta gestual, que en un acto de comunicación directa compartimos con otros primates, fueron considerados irrelevantes para el citado intelectual, y por tanto, no lingüísticos de la comunicación. Pero William Stoke descubrió a finales de los sesenta en el lenguaje gestual una marca de continuidad entre el hombre y el chimpancé.

Roger Foots en Primos hermanos (Ediciones B, Barcelona, 1999), asegura que el chimpancé al que la familia Gardner y él mismo enseñaron a comunicarse con el lenguaje de los sordomudos siguió las mismas pautas de aprendizaje que un niño. Primero aprendió signos aislados, luego combinaciones de dos y finalmente enunciados de tres signos.

El lenguaje habría surgido como fruto de un continuum que tuvo su inicio en el sistema gestual de nuestro común antepasado primate y fue evolucionando hasta desembocar en los complejos sistemas de comunicación verbal.
Los progresos de la joven chimpancé (Washoe) no se detuvieron a lo largo de los años setenta; dominaba combinaciones de palabras más largas, preguntas de diversa índole, preposiciones y otros elementos gramaticales; todo ello correspondería a la segunda y tercera fase de adquisición del lenguaje del niño.

Recordemos además que los gruñidos involuntarios del primate, al igual que los gritos humanos, los controla el sistema límbico, es decir la parte más primitiva del cerebro.
La teoría de la evolución del lenguaje como un continuum que fluye a lo largo de millones de años sin necesidad de recurrir a mutaciones o saltos evolutivos, enlazaría con la revolucionaria tesis de Darwin según la cual el lenguaje humano surgió a partir de otras formas de comunicación animal.

viernes, 2 de enero de 2015

Primos hermanos (Lo que me han enseñado los chimpancés acerca de la condición humana)

Autor: Roger Foots
Traductora: Rita da Costa
Editorial: Ediciones B, Barcelona, 1999


Roger Foots psicólogo de formación ha dedicado treinta años a investigar el origen de la inteligencia y el lenguaje humanos. Y ello lo ha hecho a través de la observación de las formas de comunicarse de los chimpancés, experiencia que le ha llevado a la conclusión de que éstos están capacitados para usar el lenguaje.

Todo empezó cuando el autor tuvo la oportunidad de entrar en contacto con una investigación formidable. Un profesor estaba enseñando a una cría de chimpancé, a la que adoptó como un miembro más de la familia, el lenguaje de los sordomudos. Para ayudarle en esta experiencia fue invitado nuestro autor que acompañó a la Chimpancé Washoe en su crecimiento físico e intelectual. Esta chimpancé a su vez transmitió a los sucesivos hijos adoptivos que fueron poniendo a su cargo esta forma de comunicarse conformándose así una comunidad de primates que se expresaban entre sí mediante signos; pero también con los humanos que conocían el lenguaje de los sordomudos.

Así Foots pudo comprender a estos seres, comprobar que piensan y actúan de un modo tan similar al de los humanos que resulta fácil ver en ellos a unos parientes cercanos.

Tras leer este libro uno no puede seguir pensando que el hombre es una especie superior por su capacidad para el lenguaje, sino que se dará cuenta de que ha tenido el privilegio de desarrollar la comunicación porque el medio se lo ha permitido.