martes, 29 de noviembre de 2016

La incertidumbre de los recuerdos

Recojo esta experimento del libro Capitalismo canalla de César Rendueles (Seix Barral, 2015). 
En los años noventa del s. XX la psicóloga Elizabeth Loftus diseñó un experimento que demostró la posibilidad de implantar recuerdos falsos en personas adultas sin recurrir a ninguna técnica agresiva de lavado de cerebro. 

Loftus seleccionó a veinticuatro personas y les entregó un  informe en el que se relataban sucintamente cuatro recuerdos de infancia: tres de ellos (obtenidos por la complicidad de sus familiares) eran verdaderos  mientras que el cuarto nunca había tenido lugar (se les “recordaba” que se habían perdido de niños en un centro comercial). Loftus les pidió que dijeran si se acordaban o no de cada uno de los cuatro episodios y que hablaran sobre lo ocurrido. 
Lo sorprendente no fue tanto que el veinticinco por ciento aseguraran que el recuerdo falso había sucedido, sino que añadieron todo tipo de detalles al tiempo que lo relataron con verdadera emoción. ¡Estaban convencidos de su veracidad!

Quizás necesitemos inventar los recuerdos; cumplirían así la misma función que los principios para Groucho Marx: "Si a usted no le gustan se los cambio por otros."

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