viernes, 19 de diciembre de 2014

Arrullar en el lado izquierdo



Dice Morris (El mono desnudo, Editorial Orbis, Barcelona, 1986) que numerosos estudios revelan que el 80 por ciento de las madres tienden a arrullar a sus hijos en el lado izquierdo y a sujetarlo con el brazo izquierdo. La respuesta simple sería que es porque la mayoría de los seres humanos son diestros y de esta forma queda libre la mano derecha para manipular libremente. Pero esta no puede ser la respuesta porque resulta que un 80 por ciento de las mujeres zurdas también utilizan el lado izquierdo y  su brazo izquierdo, siendo en este caso este brazo el dominante.
Pero además en una observación sobre 466 cuadros de la Virgen con el Niño (correspondientes a un período de varios siglos) se comprobó que en 373 de ellos el niño está colocado también sobre el seno izquierdo; equivale al 80 por ciento de los cuadros examinados.
La explicación está en que durante su existencia en el claustro materno, el embrión experimentó el ruido constante, rítmico del latido del corazón. El reencontrarse con el ruido familiar después de verse en el mundo exterior, extraño, podría producir un efecto calmante en el niño.
La madre bien de manera instintiva, o mediante una serie inconsciente de pruebas y errores llega descubrir que su hijo está más tranquilo cuando lo sostiene con el brazo izquierdo sobre el corazón, que cuando lo hace con el derecho.

Tal conclusión quedaría avalada por el experimento hecho en la maternidad de un hospital en donde durante un tiempo considerable varios grupos de niños escuchaban un disco que reproducía los latidos del corazón a un ritmo de 72 por minuto. Otros grupos testigos con el mismo número de niños no lo hacían. Se descubrió que los niños testigo lloraban un 60 por ciento del tiempo; los que escuchaban la reproducción rítmica de los latidos lloraban solo un 38 por ciento. Estos últimos experimentaban también un aumento de peso superior a los otros; consumían menos energía en el llanto.

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