viernes, 13 de marzo de 2015

Un chico diferente


Autor: Ricardo Gómez
Ilustrador: Jordi Vila Delclòs
Editorial: Edelvives, Zaragoza, 2013.  8,80€


Relato ágil, en primera persona, realizado por un niño de diez años que tiene una gran querencia por los números. Es un niño raro desde la despectiva mirada de sus compañeros porque es diferente a ellos. A Samuel no le gustan las cosas de las que gustan los demás niños; y tiene miedo de las cosas que ningún otro niño teme (el contacto físico, la velocidad,  que le besen); es un síndrome de Asperger.
Su psicóloga le aconseja que escriba un diario en el que vaya plasmando su rico mundo interior; ahí quedarán reflejados sus gustos, sus miedos y su particular relación con el monstruo abominable (Moab) que vive en la zona oscura de su habitación. Se trata de un malvado personaje que siempre le empuja a que infrinja las normas y salga sólo a la calle.

Pero además nuestro protagonista tiene una mirada diferente, obsesiva en su necesidad de reducir siempre las cosa a números, a cantidades: número de coches que aparecen en una película, número de veces que dispararon, número de fila y de asiento en el cine; 48 árboles hay en la plaza que se ve desde su ventana; y 16 bancos; 315 cm en un lado y 334 cm en el lado opuesto de su habitación. Y todo lo va registrando en un cuaderno de 164 páginas que le regaló su psicóloga de 43 años que mide 161 centímetros y pesa 53 kilos a la que ve dos veces por semana.
Cuando le regalan una cámara fotográfica su propósito es captar cosas con dos o tres sombras, algo que sólo puede hacer de noche con el alumbrado de las farolas; pero tiene miedo a salir solo a la calle; y menos de noche; además tampoco le dejan sus padres. Sin embargo necesita capturar esas sombras múltiples.

Las austeras ilustraciones de Jordi Vila Delclòs conceden una nueva dimensión al mundo interior de nuestro protagonista, con sus fijaciones, sus angustias y sus temores.
Aprovechando esa invitación constante a jugar con los números el autor termina cada capítulo con curiosidades sobre éstos y con resultados sorprendentes e ingeniosos derivados de algunas operaciones matemáticas.
Con un estilo claro y una prosa sencilla, precisa y directa Ricardo Gómez deja que sea Samuel el que nos diga lo que piensa y siente un niño distinto. El resultado es un libro valiente, entrañable e intimista.

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