martes, 30 de mayo de 2017

El sueño de Berlín

Autores: Ana Alonso y Javier Pelegrín
Editorial: Anaya, Madrid, 2015. 12 €

Ana es una brillante estudiante de instituto que sufre un trastorno obsesivo compulsivo (TOC). Ello la obliga a repetir algunos comportamientos para evitar crisis de ansiedad, a subrayar ciertas palabras cuando las ve escritas, a pedir que se las repitan si alguien las pronuncia o a repetir mentalmente ciertas acciones para prevenir daños. También tiene dificultades para  decidir sobre situaciones de la vida cotidiana por lo que debe recurrir al azar que le proporcionen los dados para que decida por ella. Es consciente  del momento en que se apodera de ella la urgencia de hacer algo absurdo o ridículo, pero no puede evitarlo; lo que sí hace es intentar disimularlo para que los demás no lo observen, aunque con éxito incierto. En realidad es que cuando llega a ese trance ya no se siente dueña de su propia mente y tiene que seguir a su cerebro; si no lo hiciera caería en el pánico y perdería el control, antesala de la histeria; pero al seguirle cae en los ataques de angustia, miedo e inseguridad. 
Intenta hacer vida normal pero la cuesta tener amigas. Inseguridad, necesidad, miedo y daño son palabras que aluden a ideas que la bloquean, la ponen en el disparadero o la arrastran  al remolino mental que tanto la angustia.

Sin embargo el nuevo alumno que llegó al instituto descubrió en aquella compañera una sensibilidad especial y quiso establecer una relación más estrecha con ella; su intento de  ayudarla supuso un reto y el viaje de fin de curso a Berlín era un comienzo. Por eso este desafío él lo abordó con cierta inconsciencia y ella con muchas dudas, inseguridad y miedos.

La historia está contada desde sendos diarios de la pareja de jóvenes lo que confiere esa atmósfera contenida propia de un relato intimista. Con una prosa sencilla, frases cortas y ritmo pausado este relato se adentra imperceptiblemente en el corazón del lector al que informa de la situación emocional del personaje femenino; este será el primer paso para crear una corriente de empatía con ella y finalmente para entenderla y comprender su actitud.   
Es una historia positiva, de superación y de aprendizaje. Pero también de respeto al diferente, de atención, de generosidad y de ayuda a quien en un momento dado lo necesita; es una historia de relaciones humanas. 
(Publicado en Peonza nº 114. Octubre de 2015)

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