martes, 21 de enero de 2014

Las nuevas características del trabajo intelectual en la biblioteca de Secundaria


 El alumno CAMIC
Estudiar desde la biblioteca, hoy supone desarrollar en los estudiantes la capacidad:

- de definir claramente los temas, 
- de seleccionar las fuentes más adecuadas, 
- de formular una estrategia de búsqueda, 
- de analizar los datos recolectados a fin de valorar su importancia y pertinencia 
- para, finalmente, adquirir la competencia intelectual de convertir la información en conocimiento. 
En realidad se trata de una nueva alfabetización que comprende no sólo la capacidad de leer y escribir, sino la capacidad también de localizar, adquirir, comprender, seleccionar, evaluar críticamente, utilizar y producir (comunicar) documentos complejos; también debe ser capaces de presentar dicha información en diversos formatos y soportes.
El perfil de alumno resultante es el que se deriva del dominio de estas prácticas y habilidades intelectuales; es decir un alumno con Capacidad para la Adquisición y Manipulación de la Información y Conocimiento, un alumno CAMIC. He aquí un nuevo reto de la educación actual.
Siendo conscientes de que la información se construye socialmente y que, por tanto, no es neutral ni por sus objetivos, ni por sus resultados, ni por sus métodos, es necesario fomentar un criterio personal, maduro e independiente. Por eso es importante el desarrollo de actividades que supongan cuestionar, plantear hipótesis, interpretar, inferir, analizar, comparar, contrastar, evaluar, predecir, razonar, distinguir entre alternativas, tener y defender opiniones, hacer síntesis, elaborar ideas, identificar valores y problemas, descubrir sesgos, detectar ironías y hallar significados implícitos. 


  Las nuevas características del trabajo intelectual en la biblioteca de Secundaria
Ciertamente el trabajo en la biblioteca no es algo novedoso, como tampoco lo es el trabajo por proyectos o el trabajo programado, pero las características de los nuevos soportes de información obligan a reflexionar de nuevo sobre dicho trabajo. Porque si en el siglo XX se hablaba de destrezas en el uso de la biblioteca, y los estudiantes recibían instrucciones sobre la utilización de los materiales impresos, así como de la manera de organizar la información, elaborarla y presentarla, las condiciones del nuevo

siglo demandan al estudiante la capacidad para manejar la sobrecarga de información y
seleccionar la información pertinente, para tras su síntesis personal, transformarla en conocimiento, alentando nuevas formas de pensar e impulsando nuevas experiencias de aprendizaje.
Y si lo dicho hasta aquí es importante para todos los estudiantes, lo es más para aquéllos que no tienen acceso desde sus hogares a los diversos tipos de información en sus variados soportes, porque desde la biblioteca se tiene que responder, en lo posible, al principio de igualdad de oportunidades.
(Adaptación del artículo publicado en Peonza nº 81 "Estudiar desde la bilioteca")

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